Cada vez son más los jóvenes de la región que al terminar la educación obligatoria apuestan por continuar con su formación en lugar de dar el salto al mundo laboral. Al menos así lo indica un estudio de Caixa Catalunya, que advierte que el volumen de extremeños de 16 a 25 años que continúa estudiando es ahora superior a lo que era habitual hace 10 años.

Según el Informe sobre el consumo y la economía familiar , en 1995 el 64% de los jóvenes de la comunidad autónoma con edades comprendidas entre los 16 y los 18 años proseguía con sus estudios una vez finalizada la formación obligatoria. Eso suponía una de las tasas de escolarización más bajas del país, únicamente por delante de Murcia y Baleares, y alejada de la media nacional (73,6%). Una década después, la cifra de extremeños de esa edad que sigue aplicando los codos ha aumentado hasta el 76,4%, cuatro décimas por encima del promedio español.

Algo similar ha ocurrido con otros tramos de edad, aunque con incrementos más leves. En 1995 solo cuatro de cada diez jóvenes de 19 a 21 años estudiaba, mientras que en 2006 la cifra regional apenas había aumentado un 3,3%; y en el caso de los extremeños de 22 a 25 años, se ha pasado del 22,4% al 23,8% en la última década.

En este sentido, los autores del estudio han tratado de establecer una relación entre los niveles de escolarización y la situación del mercado laboral. Pero, según explican, no han encontrado ninguna relación entre estos factores, aunque advierten que habitualmente la creación de empleo puede producir o bien mayor escolarización, "ante la demanda de mayor capacitación", o bien una reducción, ya que los jóvenes pueden percibir que las oportunidades de encontrar empleo son superiores. Así, en España se ha producido un aumento de los jóvenes de entre 16 y 25 años que siguen estudiando, pero también se ha reducido la cifra de desempleados dentro de este grupo de población.

En Extremadura la evolución ha sido similar, ya que se ha incrementado la cifra de los que estudian y se ha reducido la tasa de paro. En este sentido, el desempleo en la región para los jóvenes de hasta 25 años ha caído del 44,6% que tenía en 1995, a un índice del 24% durante el pasado 2006. No obstante, la región sigue conservando el mayor índice de desempleo entre estos jóvenes, lejos de la media nacional, que es del 17%.

El factor inmigración

El informe también pone de manifiesto el peso de la inmigración sobre los niveles de escolarización de los jóvenes españoles. Así, subraya que si se descuenta el impacto de la población extranjera, "la tasa de escolaridad de cada grupo de edad aumenta de forma importante". Ante esto indican que sólo el 23,4% de los jóvenes inmigrantes que vive en España siguen estudiando al acabar la formación obligatoria, mientras que en 1995 era casi la mitad (42%). El motivo, afirman, es la falta de recursos de los nuevos inmigrantes.