El programa de saneamiento ganadero se seguirá aplicando «como recoge el decreto de servicios básicos de la Junta de Extremadura» y «con todas la garantías de seguridad sanitaria». Es lo que aseguran fuentes de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio extremeña. Se trata de un trabajo, se argumenta desde este departamento, que es «vital» para «la salud de los animales, para la tranquilidad de los ganaderos y para la continuidad de la cadena alimentaria, pudiendo suministrar alimentos sanos y seguros a la población». Igualmente, se apostilla, «tanto el Ministerio de Agricultura, como la Comisión Europea, han requerido mediante un escrito la continuidad del programa de saneamiento ganadero».

«La Junta miente, hace mucha referencia a que el Ministerio de Agricultura les ha enviado un escrito pero nadie lo ha visto», esgrime Luis Cortés, secretario técnico de La Unión Extremadura. «Nos encantaría tener este documento, porque lo hemos pedido por activa y por pasiva pero no nos lo dan», añade Cortés, quien hace hincapié en que en «todas» las regiones o bien «se han ralentizado» los trabajos» o bien se han suspendido, «y que la única que sigue adelante es Extremadura». Desde esta organización agraria se afirmó la pasada semana que denunciará como un «delito de homicidio o intento de homicidio involuntario ante un juzgado de lo penal» si se registra un primer positivo de contagio «resultado en un saneamiento ganadero.

De manera periódica, precisa La Unión,» se sanea el vacuno y el caprino extremeños para ver si los animales dan positivo en tuberculosis bovina. Dependiendo del grado de positividad de cada comarca y explotación se suelen realizar estos saneamientos una o dos veces al año». En este sentido, se arguye que el acto de sanear los animales no es fácil, ya que «hay que juntarse para encerrarlos, veterinarios y ganaderos, e inmovilizar al animal para inyectarle la tuberculina». La situación es más complicada todavía, se agrega, cuando la operación se realiza en una dehesa boyal en la que cohabitan animales de «numerosos ganaderos» que se tienen que reunir» para realizar esta operación. «En algunos casos tenemos a veinte ganaderos y cinco veterinarios, en un recinto de pocos metros cuadrados rozándose unos con otros y sin ninguna distancia de seguridad», esgrime el secretario técnico de La Unión. «La semana pasada se han hecho en la zona de Trujillo dos dehesas boyales, la de Escurial y la de Abertura, con lo cual hemos tenido juntos a 50 ganaderos».

Desde La Unión se hace hincapié en que estas campañas no influyen en el consumo de las carnes de los terneros ya que los mismos se analizan una vez sacrificados. «La seguridad de la cadena alimentaria la dan los veterinarios en el matadero, no en la explotación agraria», se remarca. Por tanto si no se hacen no hay absolutamente ningún peligro en la cadena». «El saneamiento hay que efectuarlo dos veces a lo largo del año, no una vez al mes, no entendemos a qué vienen las prisas», apostilla Cortés.

VETERINARIOS / «Cuando se realiza el trabajo a nivel de campo, la posibilidad de contagio es bastante menor. Sin embargo, creo que no pasaba nada por suspender esto quince días o un mes. Llevamos más de 60 años con campañas de saneamiento ganadero y no creo que el repunte en este tipo de enfermedades vaya a ser tan grande como para no poder estar este tiempo sin hacerlas», argumenta José-Marín Sánchez Murillo, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Badajoz.

A su juicio, no deben dejarse de atender «las cosas que realmente sean urgentes y aquellos lugares donde las prevalencias sean muy grandes», pero de manera que los trabajos se reduzcan «al mínimo de los de los mínimos, atendiendo solo aquellas zonas donde de ninguna manera puede pararse ese saneamiento, porque no olvidemos que estamos controlando enfermedades que se transmiten a las personas, como son la tuberculosis y la brucelosis». Incide, eso sí, en que las labores se hagan siguiendo «las normas higiénicas» que se han establecido « y siempre que tanto los profesionales como los ganaderos estén protegidos».

Coincide en que la seguridad en la cadena alimentaria está garantizada. «La profesión veterinaria no deja de trabajar todos los días, aunque sea de manera muy callada. Estamos previniendo la enfermedad todos los días, a nivel de mataderos, supermercados, hostelería, hospitales... Ahora seguimos haciéndolo exactamente igual», recuerda. Por eso, desde el punto de vista del consumidor, «aunque las campañas de saneamiento se redujeran al mínimo o incluso si se parasen por completo, no habría riesgos de que algún alimento de origen animal pudiera transmitir enfermedades a las personas».