A la tercera va la vencida. Al menos eso cree Frank Rijkaard, exentrenador del Barça y actual técnico del Galatasaray, que el jueves pasó por tercera vez por la vicaría para casarse con Stefanie Rucker, exniñera de su hijo Mitchell, fruto de su relación con Monique, su segunda mujer de quien se separó hace más de un año tras 20 de matrimonio. Rijkaard, de 47 años, y Stefanie, de 32, son padres de Santiago, un bebé de seis meses.

La boda se celebró en el Hotel Amsterdam Arena de la capital holandesa rodeada de fuertes medidas de seguridad. A las puertas del establecimiento se congregaron numerosos periodistas, muchos de ellos turcos, lo que obligó a los novios a abandonar el banquete unos minutos para posar para los medios.

Al enlace asistió un reducido número de familiares y amigos de la pareja, y algunas caras conocidas como Johan Neeskens, miembro del staff técnico del Galatasaray. En primera fila estuvo Lindsay, la hija mayor de Rijkaard, fruto de su relación con Carmen, su primera mujer. La joven, de 27 años, es amiga de la novia, que trabaja en la fundación creada por el deportista.

La pareja se conoció cuando él entrenaba al Barça y él aún estaba casado con Monique, madre de su segundo hijo, con la que no ha acabado muy bien. Según una amiga, "Monique se siente engañada porque trató a Stefanie como su confidente y resultó que era el caballo de Troya".