El diseñador británico Alexander MacQueen ha sido hallado muerto en su domicilio de Londres esta mañana con aparentes signos de suicidio.

Un portavoz de su firma confirmó la muerte y la calificó de "trágica pérdida" sin dar más detalles sobre sus circunstancias "por respeto a la familia McQueen".

McQueen, de 40 años, sucedió a John Galliano en 1996 como diseñador principal de Givenchy antes de asociarse a Gucci, que compró un 50% de las acciones de su empresa.

Revolucionario desde las esencias

Su muerte se produce justo una semana antes de la London Fashion Week, donde debía presentar una colección, y a un mes de los desfiles de París. Su estilo, revolucionario y rompedor, heredaba los moldes de otros enfants terribles británicos como Vivianne Westwood y el propio Galliano. Su estilo, lleno de corsés, negros y reminiscencias barrocas en su última colección de invierno, había revolucionado la alta costura, como hizo en sus inicios con trajes basados en los kilts escoceses. La última colección de primavera recreaba con gasas y tules los colores del art decó.

Nacido en Londres en 1969, era hijo de un taxista y el menor de seis hermanos. A los 16 entró como aprendiz en una sastrería de Saville Row, donde aprendió el patronaje clásico y estudió en la Central Saint Martins School of Art and Design, de donde han salido otros jóvenes diseñadores como Stella McCartney o Sofia Kokosalaki.

Ganó cuatro veces el premio al mejor diseñador británico y era uno de los preferidos de las revistas de moda más influyentes, sobre todo del Vogue británico, gracias a la estilista Isabella Bow, que se suicidó hace un par de años.

Kate Moss, Bjork, Lady Gaga y Rihanna han lucido diseños suyos.