Como en otra época Paris Hilton, es raro el día en que Lady Gaga no sea noticia. El miércoles por la noche cambió las tablas del escenario por las de la pasarela para desfilar en París para la firma Mugler. Y es que la marca Mugler la creó su estilista personal, Nicola Formichetti. Sexi, no, hiperbólicamente sexi, la cantante de Born this way había avisado del evento a sus incondicionales a través del Twitter (por supuesto). Mechón carbón y coletas platinos, la artista de los mil disfraces se embutió en una falda de vinilo, se enfundó un top de transparencias negras y se escondió tras el humo de un interminable cigarrillo. Para su segunda aparición se reservó el traje blanco y el velo. De fondo, sus himnos. Por supuesto.