"Llegó la hora de afrontar la verdad", dijo ayer el expresidente argentino Carlos Menem con una gravedad que recuerda a los peores culebrones cuando le tocó admitir en público lo que todos sabían: su relación con la chilena Cecilia Bolocco, Miss Universo en 1987, ya no da más.

Están separados desde hace tiempo porque la convivencia se hizo "imposible". Menem admitió la ruptura después de que la revista SQP de Santiago mostrara a su esposa en toples, en Miami, junto a un misterioso caballero. La foto la tomó un paparazi especialista en seguir a la modelo y presentadora televisiva.

Es cierto que las relaciones laborales pueden tener un protocolo muy informal, pero la explicación que dio Bolocco a su ausencia de sostenes movió la risa a uno y otro lado de Los Andes. "Es un compañero de trabajo", dijo la chilena. Luego se supo que se trataba del empresario italiano Luciano Maroccino, representante de Miss Universo en Nueva York.

UN ACUERDO "Desde hace mucho tiempo había un acuerdo entre Cecilia y yo de hacer con nuestras vidas lo que creamos más conveniente", afirmó el expresidente. Alguna vez, en el poder, tuvo fama de galán empedernido. Se casó con Bolocco en el 2001. La exmiss le entrevistó y quedó magnetizada por ese hombre de modales de sultán. Antes de que su corazón palpitara por Menem, la prensa chilena y peruana habían hablado de un acercamiento fallido a Alberto Fujimori, el Chino, que estuvo 10 años en el poder hasta que, en medio de escándalos, renunció por e-mail durante una gira por el continente asiático.

Ayer, Menem confirmó al diario chileno Las Ultimas Noticias que, si bien "no hay separación legal", han tratado de llevar el asunto en secreto, en especial por Máximo, el hijo que tienen ambos. Menem se quejó de "la violación de la privacidad" de Bolocco y recalcó: "Ni Cecilia me fue infiel a mí en esto ni yo sufrí una infidelidad". Entre ellos queda, afirma, "una amistad muy linda".