El Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino ha dado su aprobación al proyecto de ordenación de accesos a los márgenes del embalse de Los Canchales, con lo que se da vía libre a una segunda fase de las actuaciones que pretenden compatibilizar la conservación del medio natural con el uso público y recreativo de la zona.

La resolución de la Secretaría de Estado de Cambio Climático da via libre a nuevas actuaciones que complementarán las que se inauguraron en el año 2008, que incluyen un aula de la naturaleza, islas flotantes para favorecer la nidificación de nutrias y otras especies, zonas de descanso y de observación de las aves, entre otras medidas encaminadas a aumentar la diversidad de hábitats en el entorno.

Este embalse, que se ubica entre los términos municipales de Montijo y Mérida, cerca de La Garrovilla, acoge una gran cantidad de especies con interés de conservación, especialmente aves. Así, está considerada como Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) incluida en la Red Natura 2000.

Las medidas aprobadas que han superado la evaluación de impacto ambiental tienen por objeto completar y mejorar las instalaciones existentes y restringir el acceso al camino perimetral del embalse para evitar el tránsito de vehículos en las zonas de mayor calidad ambiental. Para ello se va a instalar una puerta que evitará el paso de vehículos no autorizados, permitiéndose únicamente un uso peatonal por el mismo. La valla que protege a dicho camino se sustituirá en los puntos en los que presenta un aspecto deficiente, y el aula de la naturaleza contará con un cerramiento perimetral. En este espacio se instalarán aseos y una depuradora, y se completarán las actuaciones con el ajardinamiento de tres zonas con especies autóctonas.

El embalse de Los Canchales es uno de los puntos más importantes de Extremadura para las aves migratorias, en especial para la grulla común. El ministerio advierte que la ejecución de las obras supone el impacto potencial más importante sobre las aves, aunque indica que a largo plazo es previsible que su impacto sea "positivo debido a la limitación del tránsito rodado en las zonas mejor conservadas".