Rafa Nadal ha dado un paso de gigante al ganar ayer su segundo torneo de Wimbledon, el octavo Grand Slam de su dilatada carrera aunque solo tenga 24 años. Y el paso es importante por dos cuestiones: hace justo un año muchos daban por perdido a Nadal tras sus continuas lesiones, que ha demostrado que planificando bien la temporada no tienen por qué pasarle factura. El segundo, que no solo consolida el número 1 de la ATP, sino que aventaja en 4.000 puntos al segundo, Djokovic.