NACIO el domingo a los ochos meses de gestación en un barrio pobre de Laranjeiras do Sul, en el estado brasileño de Paraná. Su madre (ya detenida) decidió abandonarlo y lo enterró en un pozo. El niño fue encontrado ayer tras una frenética búsqueda de la policía, que había recibido una llamada de los vecinos. Ahora se recupera en un hospital.