El esfuerzo que hará la compañía Cetarsa para duplicar el precio a los tabaqueros y la reestructuración del sector va a pasar factura a su plantilla. Cetarsa presentará a los sindicatos en los próximos días una propuesta de expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará al 20% de los 567 trabajadores que actualmente tiene la empresa, todos ellos en Extremadura. La medida incluye el cierre del centro de fermentación y procesamiento de Coria, con 88 empleados entre fijos y fijos discontinuos.

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), accionista mayoritario de Cetarsa --con el 79% del capital--, comunicó ayer a los sindicatos su plan de reajuste para la compañía. Fue en Madrid y a la reunión asistieron también el presidente y el director general de Cetarsa, Julio Viñuela y Antonio Carcaño, respectivamente.

En principio, según explicaron a los representantes sindicales, la intención de la compañía es aplicar un ERE que afectará a 120 trabajadores. Concretamente a 54 en la nómina de fijos y a 66 fijos discontinuos. La fórmula a desarrollar (despidos con indemnizaciones, prejubilaciones, jubilaciones anticipadas) no fue concretada. Lo que sí precisaron los responsables de SEPI es que la medida incluye el cierre total del centro de producción de Coria, con lo que la compañía pretende centrar su actividad en las plantas de procesamiento de Talayuela y Navalmoral, manteniendo las instalaciones de Jaraíz y Jarandilla de la Vera como almacenes.

LOS MOTIVOS "El argumento que nos han dado es la necesidad de garantizar la viabilidad de la compañía", explica Raquel López, secretaria general de la Federación Agroalimentaria del sindicato UGT Extremadura. SEPI alegó que Cetarsa debe compensar el negativo impacto que han tenido y tendrán en sus cuentas la pérdida de subvenciones por la aplicación de la Organización Común del Mercado (OCM) del tabaco y el esfuerzo para poder pagar este año el doble a los productores, como han acordado en los contratos de comercialización de la campaña que está a punto de empezar. "Mantienen que la medida se corresponde con el reajuste que está sufriendo el sector para hacer viable el cultivo y hacer rentable la producción", amplía la responsable de UGT.

De momento, la compañía guarda silencio. Sus dirigentes declinaron ayer pronunciarse sobre esta medida hasta que no se inicie el proceso de negociación con los sindicatos. Según los representantes de los trabajadores, los contactos se iniciarán de forma inminente y el ERE podría estar acordado en apenas un mes o mes y medio, dada la proximidad del inicio de la campaña. De momento, para el jueves está prevista una reunión del comité intercentros de los trabajadores para estudiar la posición a adoptar en las negociaciones y la posible convocatoria de acciones de protesta. "Buscaremos la solución menos traumática, con especial atención al cierre de la planta de Coria, que es muy importante para la economía de la zona. La solución debe pasar por la reconversión industrial y recolocar al mayor número de trabajadores", apuntó Raquel López.

Hasta el momento ni Julio Viñuela ni Antonio Carcaño se habían pronunciado sobre la posibilidad de realizar un nuevo reajuste en la plantilla en Cetarsa, que ya aplicó un ERE en el 2002 que supuso la salida de la compañía de 570 trabajadores --120 mediante prejubilaciones y el resto, indemnizados--. Tan solo venían avisando de que la empresa debía seguir realizando esfuerzos dentro del proceso de reestructuración del sector para garantizar así su futuro.