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EDITORIALES

El turismo y la lluvia

WLw a relativa recuperación de los mercados emisores de turistas a España como Alemania, Gran Bretaña y Francia, más la inestabilidad del norte de Africa hacían presagiar un buen año para la industria turística española. Y así fue en el primer trimestre, cuando la actividad aumentó un 2,4%, aunque entre abril y junio el crecimiento fue algo menor. Como al conjunto de la economía, le ha afectado, y mucho, la caída de la demanda interna. Hay que tener presente que, a pesar del elevado número de visitantes extranjeros --52,6 millones el año pasado-- los ciudadanos españoles generan la mitad del negocio turístico. Las perspectivas, en cualquier caso, eran optimistas para este ejercicio, tanto en lo que se refiere a visitantes como a gasto medio; siempre muy por encima de los cálculos oficiales de crecimiento del PIB. Los industriales del sector están convencidos de que, de la misma manera que el año pasado fue mejor que el anterior, este superará al 2010. De hecho, las exportaciones y los servicios turísticos serán, según todas las estimaciones, los sectores que tirarán de la economía española en su la salida de la crisis. Y, de hecho, son los que ya tiran ahora.

La climatología del mes de julio ha enfriado parte de esas expectativas en toda España. Una buena parte del sector estará pendiente del cielo estas próximas semanas porque entiende que de eso dependerá en buena parte el balance global del ejercicio. Tanto el ministerio como Exceltur, la asociación de los grandes grupos turísticos españoles, insisten en que será una buena temporada, más allá de la climatología, como demuestra el dato de que en el primer semestre el número de visitantes haya subido hasta los 24,8 millones, lo que supone un incremento del 7,5% respecto del mismo periodo del año anterior.

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