El ciudadano medio tiene la percepción de que la Justicia en este país es lenta. Y si es lenta, claro, es de mala calidad. Razón no le falta. Si echamos un vistazo a los casos de corrupción política, comprobaremos que los juicios se centran en asuntos feos que tuvieron lugar muchos años antes de llegar a los tribunales. En primer lugar, se tarda mucho tiempo en detectar a los delincuentes; en segundo lugar, se tarda mucho en sentenciar, motivo por el cual el Índice de Libertad Económica nos ha tirado en alguna ocasión de la oreja.
«La Justicia en España es lenta, pero funciona», dicen, ufanos, algunos comentaristas. Eso no es cierto. Si es lenta, no funciona. Cuéntenselo, si están tan convencidos, a los padres de esos jóvenes que han caído en las redes de la secta financiera IM Academy, a cuyos hijos, a veces menores de edad, han dejado de ver.
La prensa dio a conocer la noticia, el 23 de marzo, de que la UDEF había desmantelado la cúpula de «la supuesta academia de trading» IM Mastery Academy, por estafar a menores haciéndoles invertir en criptomonedas», a los cuales les cobraba una cuota mensual de 150 euros.
Descabezada la cúpula de este sistema piramidal especializado en criptomonedas, se acabó el asunto, ¿verdad? No tan rápido: esto es España. El 8 y 9 de abril, sin ir más lejos, la Academia celebró un evento en Badalona al que acudieron más de 9.000 jóvenes. De esta forma, IM Academy no solo se reía de la justicia, sino que además aprovechaba para seguir prosperando en su modelo de estafa piramidal.
No sabemos si algún día se conseguirá desmantelar de verdad a estos sinvergüenzas, lo que sí sabemos es que no será pronto.
Si el lector quiere ver actuar a la justicia con prontitud, no tiene más dejar una multa impagada o mantener algún pequeño contencioso con Hacienda.
La Justicia en España, como tantas cosas, viaja en dos trenes a distinta velocidad.
*Escritor
