Opinión | Desde el norte

La huelga, mejor en campaña

Ahora todos somos votos y por eso es el mejor momento para recordar las reivindicaciones e intentar sacarlas adelante

Diez días para que un médico de Atención Primaria te atienda telefónicamente. Es un caso real, como habrá otros muchos y solo se me ocurre pensar en cómo estarán de saturados los médicos para no tener tiempo de levantar el teléfono y hacer una llamada en diez días.

No me extraña que en Extremadura se hayan plantado y hayan amenazado con una huelga que podría haber puesto aún más patas arriba la Sanidad pública y cabreado a los pacientes tanto que, obviamente, la administración no podía permitírselo.

Hace mucho que los médicos se vienen quejando de sus condiciones de trabajo y no hablo ya de las económicas, sino del número de pacientes que tienen que atender en una jornada y encima con un tiempo medio establecido que muchas veces no pueden cumplir porque cada patología es un mundo.

Hasta ahora, poco se había hecho a nivel general para cambiar y ejemplo de ello son precisamente las esperas que deben soportar los pacientes y la sobrecarga de las Urgencias porque, al no atenderte el médico de cabecera, pues te vas a Urgencias, lógico.

Pero claro, estamos en año electoral, en plena precampaña oficiosa y los médicos han dicho, con inteligencia, esta es la mía y han aprovechado la oportunidad para volver a poner sobre la mesa sus reclamaciones. 

Y hete aquí que les han hecho caso, por fin. In extremis, han logrado un acuerdo por el que verán reducido el número de pacientes que tendrán que atender en un día, bajando en algunos casos incluso a la mitad. Además, dado que esto podría aumentar los días de espera, se establecen consultas voluntarias de tarde; el pago de las horas de guardia se equiparará al de las seis comunidades que más pagan y no se podrá trabajar tras una guardia, lo que redundará no solo en su beneficio, sino también en el de los pacientes. 

Este acuerdo, que el SES tiene tres meses para poner en marcha, pone de manifiesto aquello de querer es poder porque si la administración ha podido aceptarlo ahora, también podía haberlo hecho hace un año. La diferencia es que ahora hay elecciones y el descontento no genera votantes, al contrario.

Ahora todos somos votos y por eso es el mejor momento para recordar las reivindicaciones e intentar sacarlas adelante. Qué pena tener que esperar 4 años. 

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