Nueva sociedad, nueva política

Un gobierno, un ajuste

La cuestión es si el impasse político va a impactar en la evolución de la economía 

Alberto Hernández Lopo

Alberto Hernández Lopo

Cierto que, mirando de lo que ha sido el centro del debate público en las últimas semanas pudiera parecer lo contrario, pero la realidad no es susceptible de ser manejada al antojo particular. Por supuesto, siempre hay margen para la interpretación. Aunque no sé si un hecho consumado permite discutir que se ha producido. A la vista de la nueva “legalidad”, incluso esto pudiera ser.

Mientras nos avecinamos a un intento de investidura con pocos visos de prosperar, la economía sigue su curso, ajena a las vicisitudes políticas. Habrá o no habrá gobierno a corto plazo (mi apuesta es que sí, y será Sánchez el que de nuevo presida), pero la cuestión es si este impasse político va a impactar en la evolución de la economía española. Y, claro, que dirección va a tomar esta.

En esta misma columna, yo había descartado una recesión este año. Es más, el riesgo para 2024 es bajo. Lo cual, por descontado, no quiere decir que esté plenamente excluido un escenario de frenazo brusco. Hay cierto consenso en que España crecerá en el entorno del 2-2,5%. No son malas noticias en una Europa que crecerá menos, pero también es destacable que nuestro país está en el furgón de cola en la recuperación del PIB prepandemia (y un paro endémico que parece no ser preocupación de la ministra del ramo, que sigue trabajando su perfil candidatable).

No hay tormenta en el pronóstico, pero eso no nos libra de nubarrones. Sabemos que, pese a estar aúnviviendo una temporada turística récord, se ha producido un frenazo en las reservas de “última hora”, no sólo motivado por el cambio de temperatura. Es un factortradicionalmente ligado al turismo nacional, ya que el grueso del negocio internacional viene organizado. Las tasas de morosidad están paulatinamente incrementándose, y la banca observa con preocupación un aumento de impagos relativos al crédito al consumo y a la pequeña empresa (íntimamente relacionados).

Conocemos que el precio del cemento ha tocado mínimos en los últimos cinco años, sin cambios en la oferta, lo que anticipa el futuro otoño del sector inmobiliario, largamente adelantado. Y, sobre todo, los indicadores de la inflación no permiten un alivio definitivo.Pese a que el comportamiento de los precios en España se ha moderado y dibuja un horizonte mejor que el resto de la UE, no conviene echar las campanas al vuelo. La cesta de la compra, del día a día, no muestra signos de retroceso. De hecho, la inflación subyacente demuestra que alimentos y energía siguen con su senda alcista, estrechando la capacidad de consumo de los hogares. El hecho es que la subyacente sube y consolida que nuestro país ha visto la mayor pérdida de poder adquisitivo del entorno europeo post-Covid.

Es cierto que la falta de gobierno supone un retraso en la aplicación de los fondos europeos, tema nada baladí

El cuadro es una economía que aparentemente sigue su camino, obviando la formación de gobierno y sus tiempos. Es cierto que la falta de gobierno supone un retraso en la aplicación de los fondos europeos, tema nada baladí, especialmente para aquellos proyectos que dependen de la llegada de estos recursos. Pero resulta contraindicativo que pensemos que la gobernabilidad no influye en nuestras finanzas.

La marcha de la economía no ha estado presente en ningún debate público y político. Como si fuera un cuerpo independiente con vida propia (en el fondo, casi lo es). Pero el gobierno que enfrente el siguiente ejercicio deberá ser consciente de que va a gestionar un ajuste.

Gran parte del impacto de ese ajuste estará en las políticas de gasto público, algo que ninguno de los potenciales gobiernos parece decidido a embridar. Nuestra deuda pública, ya de por sí elevada, creció como consecuencia (lógica) de la pandemia. Con un banco central que aún no sabe si tirar más de la soga (subir tipos) o dejar irse al animal, la asistencia no será la misma que los años pasados. Tendremos nuevo gobierno y se encontrará con una ralentización. Ocurre que a ninguno de los que sentará en Moncloa le oímos -ni en varias lenguas- hablar de esto.

*Abogado, experto en finanzas

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