Opinión | Una casa a las afueras

Errático y hundido

Pedro Sánchez

Pedro Sánchez

Errático y rocoso. Perdido, desorientado y como por un rayo fulminado. Con el verbo herido emergió Pedro Sánchez de un retiro sospechoso y del que no hubo rastro de los besos con pintura que presuntamente le brindó su esposa. Con arrugas de lagarto en la frente y las mejillas, exhibiendo colmillos como violines que suenan a réquiem; así apareció el sonado presidente del gobierno. Errático y corrosivo pues de su boca salían amenazas con la espuma de su ira hinchada. Con la mirada insomne de tantos poemas como ha dejado escritospara Begoña, casi tocado por gotas,no de rocío sino de odio mal disimulado; con la cresta más roja que un clavel crispado… Rabiado, así nacía de su ceniza el halcón lacerado. Clavando espadas en los inviolables pechos de la libertad de prensa con artimañas propias de un animal confinado. Sus manos pretenden borrar del cielo las palomas mensajeras, por otra parte, se autoproclama rey del progresismo y no sé cuántas hermosuras más. ¡Qué propio de quien quiere huir sabe Dios de qué o quién! Algo le ha pasado al presidente que no sabemos bien pero que se adivina en sus indocumentadas comparecencias llenas de óxido y palabras muelle, fofas, inconsistentes.

Su estómago vacío, pobre, sonaba a pura cáscara perforada de bolas e inexactitudes, como si un ansia de venganza le llamara a morir matando. Pedro Sánchez el temible hombre enamorado, cegado por los espejos, ni siquiera sabe darnos pena;

Su estómago vacío, pobre, sonaba a pura cáscara perforada de bolas e inexactitudes, como si un ansia de venganza le llamara a morir matando. Pedro Sánchez el temible hombre enamorado, cegado por los espejos, ni siquiera sabe darnos pena; es cierto que le huele el aliento a penumbra, a “os vais a enterar”, pero antes que compasión despierta empalago, saciedad y grima. Mal ha meditado, pues de una reflexión serena, del encanto de la introspección, sale uno reforzado, más seguro de sí mismo, reconfortado, en paz. Por el contrario, Sánchez ha salido al mundo de los pseudo-hombres con las manos llenas de betún y el alma encanallada; más que ir a reflexionar parece haber estado en un sótano de acero, como si previera su hundimiento. Ha escapado de allí con la violencia de quien quiere talar los árboles del bosque, romper las columnas del periodismo, los andamios de la libertad y el vicio de pensar por nosotros mismos. Ha salido de su escondite, abrasado, desnudo, como espantado por visiones que los demás ni imaginamos.Hasta parece que ha sembrado un jardín de-lirios. Te escribo sin odio desde una mesa hecha de luz y brisa, desde un ancho parque.

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