El protocolo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que indica cómo actuar ante un infectado por el virus hemorrágico --el documento que debe haber llegado a todos los hospitales españoles-- puntualiza que el contacto con el cadáver de quien ha sufrido ébola debe limitarse a "personal entrenado" en la atención de esta enfermedad. "Esos cadáveres han de ser tratados como indica el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria, y ser incinerados", añade el texto. Tras la muerte de Pajares y García Viejo en el Hospital Carlos III, fueron auxiliares de enfermería del centro, sin experiencia previa en el tema, quienes retiraron los cuerpos.