Hubo un tiempo en que ni existía la lavadora ni el agua llegaba fluida a los hogares, había que ir a buscarla a las fuentes públicas. En ese tiempo, lavanderas hacían la colada al pie de charcas o fuentes y aguadores como el tío Vicentino , Sopita o Simón Almaraz se ganaban el pan llevando agua a las casas por 10 céntimos o, en oferta, por tres perras chicas, recuerda Germán Sellers en Cáceres visto por un periodista .

La lavadora, la red pública de abastecimiento, la era moderna, acabaron con estos viejos oficios que ahora recupera la exposición documental y gráfica Aguadores y lavanderas, los oficios del agua del Museo de Historia y Cultura Casa Pedrilla. La exposición puede verse hasta el 30 de junio (la entrada es gratuita) y después se trasladará al Museo Etnográfico de Plasencia y otras localidades.

Comisariada por la propia directora del museo, María Jesús Herrero, y el especialista García Rueda, la muestra quiere recordar la importancia que tuvieron en Cáceres estas labores y dárselas a conocer a las nuevas generaciones.

Herrero explica que lavanderas y aguadores "han servido durante años de recurso artístico, tanto para la pintura, la fotografía o la literatura" y de ahí la intención del museo "de que no se olviden".

Fotos, cántaros y rodillas

La exposición reúne un centenar de imágenes en blanco y negro firmadas en su mayoría por los fotógrafos Tomás Martín Gil, Valentín Javier, Juan Ramón Marchena y Carlos Solano que ofrecen estampas costumbristas de la capital y de otros municipios cacereños.

Además, se muestran los utensilios: cántaros, aguaderas --algunas muy antiguos cedidos por el etnográfico de Plasencia--, rodillas, pilas, cestos de ropa, tablas, paneras... También se proyecta, previa petición del visitante, el documental Las últimas lavanderas , de Extrema Producciones y finalista en el certamen de cortometrajes de Torrelavega (Cantabria).

El aspecto documental se completa con algunas transcripciones de las ordenanzas que regían ambos oficios, desde la primera de la que se tiene constancia, en 1300 de los Fueros de Cáceres, hasta la última, que data de 1920. " Los aguadores que surtan las casas llevarán sus cántaros con tapas y responderán de los perjuicios que ocasionen sus descuidos, punibles con multa de una peseta", dice una de 1959.

El único documento original que se exhibe es la primera acción de la Compañía de Aguas de Cáceres emitida con motivo del primer abastecimiento de agua público en la plaza de la Concepción. Corría el año 1900 y era el principio del fin de las lavanderas y los aguadores.