Madrileña de nacimiento, Sonia Castro llegó a Extremadura para trabajar en la restauración de la sacristía del Monasterio de Guadalupe y aquí se quedó. Tras cuatro años como vocal en la asociación de vecinos de Nuevo Cáceres, da un paso al frente para liderarla.

--¿Cómo afronta esta nueva etapa?

--Lo afrontamos un equipo que, en principio integra a 13 personas, pero que está abierto a todo el barrio. Estamos muy ilusionados, con ganas de reivindicar muchas cosas que hacen falta desde hace tiempo, pensando en todo el mundo. Queremos que haya actividades para niños, para adolescentes, para los padres y nuestros mayores.

--¿Cuál es su reto?

--Hay muchas cosas por hacer, aunque se han conseguido otras. Las cosas van despacio. Hay cosas básicas como los acerados, los alcorques que se están levantando... A más largo plazo, queremos que no se olvide el centro comercial y se contemplen otros proyectos, como una piscina para el barrio y terminar lo que falta a las instalaciones deportivas. Las prioridades las marcará el propio barrio.

--¿De qué forma?

--A través de una página web que vamos a poner en marcha. Allí podrán decir también si quieren o no fiestas en el barrio.

--¿Confía en que se impliquen?

--Esperamos que sí, porque tenemos un problema con el número de asociados. Ahora no llegan 50 y para poder organizar cosas es necesaria la implicación de los vecinos. Necesitamos más socios.