Raquel Pérez Serradilla estudió un Grado Medio de Peluquería porque esta disciplina, junto a la decoración, era una de sus grandes pasiones. Escogió la Formación Profesional convencida de que le daría más posibilidades para optar al mercado laboral. Aprendió mucha teoría: cosmetología, anatomía, economía, empresa... pero también práctica: cortar, peinar, mechas, coloración... ¿Y de allí sales ya aprendida? «Sí, esto es como el carnet de conducir, aprendes en la autoescuela, cogiendo el coche, y luego la carretera es la que te da la experiencia». En esto ocurre algo muy semejante.

No considera que estudiar una FP sea un estigma, algo inferior a cursar una carrera universitaria. «Esto te da muchas opciones, primero porque adelantas tu acceso al mercado laboral y, segundo, porque la formación depende de uno mismo». Raquel Pérez destaca el buen nivel del profesorado y aboga por este tipo de enseñanzas ante el descenso considerable de los oficios. Aconseja a aquellos estudiantes que tengan dudas, que no se lo piensen, que opten por la Formación Profesional. Lo dice por experiencia: «Terminé de estudiar y a los tres meses ya tenía trabajo. Y desde entonces -concluye- no he parado. Fui autónoma ocho años y llevo cuatro por cuenta ajena».