El Mercado Medieval de las Tres Culturas que desde el pasado jueves animó plazas y calles del casco viejo se despidió ayer con gran éxito de público y ventas. Nada menos que decenas de miles de personas calcula el consistorio cacereño que pasaron por los puntos que en los últimos cuatro días trasladaron a Cáceres al Medievo con varios puestos de oficios propios de la época y actividades tradicionales. Hubo un total de 150 tenderetes.

El concejal de Turismo de Cáceres, Jorge Villar, dio por concluida la edición con una valoración más que positiva. «Terminamos muy contentos y felices, la gente está encantada», resalta el edil a El Periódico Extremadura, que ya piensa en la fiesta medieval del próximo año.

El concejal de Turismo, fotografiado ayer en la plaza Mayor de Cáceres. JOSÉ PEDRO JIMÉNEZ

El tiempo ayudó (ante las previsiones de lluvia en la localidad), sin duda, en esa estimación. Para Villar fue clave que «la empresa ‘Solo Artesanos-Rivendel’ gestionase el evento, ha estado muy bien organizado. Son unos profesionales. Ellos tienen ganas de estar en la ciudad y lo han demostrado». El concejal de Turismo entiende que la aceptación entre el público y el buen desarrollo de esta cita «da lugar a que se celebre muchas veces de forma prolongada en el tiempo».

Para él, personalmente, lo más importante es la «recuperación del mercado medieval porque se trata de un hecho histórico que hay que mantener y cuidar. Me encantaría que en la edición del 2022, la hostelería de la plaza Mayor, así como de otras zonas próximas a la parte antigua, pudieran participar vistiéndose de personajes de la Edad Media y ofreciendo tapas gastronómicas de aquel entonces», dice.

Una de las batallas celebradas ayer al lado del Arco de la Estrella. JOSÉ PEDRO JIMÉNEZ

También apunta Villar, como todos los asistentes, el impacto que tuvieron las recreaciones de batallas medievales, el torneo de tiro con arco infantil, las actuaciones musicales, los pasacalles teatralizados y el desfile del dragón Bishuck, porque su potencia de sonido, pero sobre todo la caracterización de las numerosas actividades, convirtieron al evento en unos actos imponentes, que verdaderamente transmitían magia y un poder escénico imparable.

Uno de los 150 tenderetes del Mercado Medieval de las Tres Culturas, ayer. JOSÉ PEDRO JIMÉNEZ

En cualquier caso, resulta muy complicado encontrar a alguien que fuese al Mercado Medieval de las Tres Culturas con tiempo para disfrutarlo y que no se marchase de Cáceres con la idea de haber participado en una gran fiesta con aroma de otra época, en la que, sin duda alguna, hay que repetir.