Llegada las seis y media de la tarde, hora de salida de la cabalgata cacereña, la lluvia, el viento y un frío desconocido desde que empezó el invierno complicaban el inicio de la comitiva. En ese momento ya había público esperando en todo el recorrido, de modo que los reyes magos no han querido defraudar. Tras demorar la partida unos minutos, las carrozas se han echado a la calle y han desfilado durante la primera hora bajo algunos goterones. Pero la magia, después de un año sin cabalgata, ha podido más que todos los chubascos juntos.

Y sí, el público ha tratado de respetar las distancias mientras esperaba la cabalgata y no se ha apelotonado ante las carrozas. Tan solo ha habido algunos desbarajustes lógicos bajo las lluvias de caramelos (3.500 kilos). De hecho, el descenso de asistentes ha sido notable: aunque miles de personas flanqueaban el itinerario, era posible ponerse en primera fila incluso en el palco por excelencia: el paseo de Cánovas. Los que tienen niños han acudido provistos de paraguas, hidrogel y mascarillas. Muchos jóvenes tampoco se han perdido el espectáculo. El resto se ha echado en falta, pero la sexta ola intimida.

Una lástima, porque las carrozas estaban muy bien conseguidas. Melchor, Gaspar y Baltasar han llegado de oriente en galeras de colores con animales representados en los mascarones de proa. Tampoco ha faltado la carroza de Willy Fog con el lema ‘El mundo es de los niños’, ni el castillo de Súper Mario Bros con todos los personajes del popular juego. Ha habido alusiones al legendario oeste, a Bugs Bunny y a sus compañeros de animación, al portal de Belén con mula y buey, y por supuesto a la estrella de la Navidad, que ha atravesado Cáceres en su gran carroza blanca.

Y para finalizar, los reyes magos han cubierto el último trayecto en los tuk-tuk turísticos, con el propósito de sortear las obras de Gran Vía en su camino a la plaza. Dicen que ha sido una treta del ayuntamiento para pedir a sus majestades que siga la racha de visitantes en 2022. O eso, o carbón... Pero seguro que echan una mano.