Son muchas las familias cacereñas que llevan meses e incluso años con las cenizas de sus difuntos en los hogares, o custodiadas por compañías funerarias, a la espera de que concluya por fin la obra de los nuevos columbarios del cementerio de Cáceres. Hace tres años que comenzaron las quejas de quienes no podían depositar los restos incinerados de sus allegados en el camposanto por falta de estos espacios. En 2019, la nueva corporación municipal que se incorporaba al ayuntamiento afirmó que se había encontrado el proyecto paralizado. Tras una sucesión de trámites y hasta obras de urgencia, los 160 nuevos columbarios están ya construidos «y prevemos recepcionarlos en un par de semanas».

Así lo explica el concejal responsable de Infraestructuras y Servicios Públicos, Andrés Licerán. «Falta algún detalle rápido y hay que actualizar la tasa, porque estos columbarios son más amplios que los de la parte vieja (tienen incluso espacio para que puedan entrar restos mortales), pero lo haremos en pocos días», precisa. Además incorporan la lápida. Con el mismo proyecto finaliza la construcción de un centenar de nichos, también muy necesarios porque durante años se han tenido que aprovechar los enterramientos que iban quedando libres en la parte vieja del cementerio, o que se sitúan en las zonas más altas. De este modo se da por concluido el patio 1 de la ampliación del camposanto cacereño.

¿Por qué tanto retraso?

La obra se inició hace ya tres años con un presupuesto de 1 millón de euros y con el propósito de acabar las galerías 7 y 8 de dicho patio acometiendo los últimos nichos y columbarios, así como los remates finales de columnas, pérgolas, bancos… «Nos vimos obligados a iniciar un expediente porque los trabajos no avanzaban y la empresa a la que se había adjudicado el proyecto en la legislatura anterior no mostraba ningún tipo de interés», explica Andrés Licerán. Cuando se cumplieron los seis meses de plazo de ejecución, los trabajos no llegaban al 40% y estaban paralizados.

La Comisión Jurídica de Extremadura dictaminó a favor del ayuntamiento cacereño para la resolución del contrato, y se acometió la galería 7 con carácter de urgencia a fin de poder disponer al menos de 108 nichos, todo ello en los momentos más delicados de la pandemia, cuando más faltan hacían las sepulturas. A continuación se llevó a cabo otra licitación por trámites ordinarios para tener a punto 118 nichos más en la galería 8, y 160 columbarios, que son los que ahora están a punto de ser recepcionados.

Puesto que la dotación de estos espacios sigue siendo prioritaria, el ayuntamiento ha comenzado a redactar un nuevo proyecto con un presupuesto de 1 millón de euros (parte del préstamo de 8 millones suscrito en 2021 con Abanca para afrontar 38 actuaciones de infraestructuras), a fin de seguir avanzando en la ampliación del camposanto. «Nos gustarían licitarlo antes de verano», calcula Andrés Licerán. De momento no es posible avanzar el número de nuevos enterramientos y depósitos de cenizas que se acometerán con esta obra. «Hay que ajustar el presupuesto a los costes. Ya conocemos el encarecimiento de los materiales. Trataremos de sacar el máximo rendimiento posible», matiza el concejal.

Imagen de los baños públicos, recién construidos en el centro de la parte tradicional del camposanto. LOLA LUCEÑO

Paralelamente a las últimas obras también se han construido los nuevos aseos públicos en el centro del recinto, concretamente en la zona del Memorial, abiertos hace quince días. Se trata de una instalación moderna, clara y diáfana, para la que se ha aprovechado el antiguo almacén que usaban los operarios. Precisamente, el nuevo almacén se habilita ahora justo al lado, en los baños antiguos. «Hemos previsto los trabajos para que el cementerio no se quedara en ningún momento sin aseos», explica Andrés Licerán. El conjunto completo (aseos y almacén, por 35.000 €) se recepcionará en una semana.