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ATALAYAS A LA HISTORIA: UN REPASO POR LOS MEJORES BALCONES A LA CIUDAD

Miradores: Cáceres eleva sus puntos de vista

A la decena de espacios con vistas panorámicas se unirá otro en San Marquino con una dotación de 80.000 euros. También se hará posible la apertura y subida a tres torres más de la muralla: Redonda, Aver y Yerba

Miradores: Cáceres eleva sus puntos de vistaSILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

No todas las ciudades pueden contemplarse en su extensión desde un altozano próximo. Ni todas son el Tercer Conjunto Monumental de Europa y primero de España. Dos privilegios que en cambio sí tiene la capital cacereña y además multiplicados. La ciudad, rodeada de elevaciones, dispone de un buen número de miradores naturales que se completan con las atalayas que ofrecen sus torres históricas. Y no hay cosa que más le guste a un turista que subir a las alturas y tomar una foto panorámica. Por eso Cáceres tiene previsto construir otro mirador en San Marquino, que brindará «la vista más bonita de la ciudad», y pretende hacer accesible la subida a otros tres baluartes: Torre Redonda, Yerba y Aver. Con todos ellos se amplía el ya generoso catálogo de balcones a ese tesoro amurallado del Medievo.

LA MONTAÑA: El Santuario de Nuestra Señora de la Montaña ofrece una panorámica excepcional sobre la capital cacereña. Situado en la Sierra de la Mosca, a unos 600 metros de altitud, permite ver la ciudad de Norte a Sur, al completo, así como Los Llanos que la circundan. Fue levantado en el siglo XVIII en honor a la Virgen de la Montaña, patrona de la ciudad desde 1906. La atalaya incorporará un restaurante que pretende abrir con asador, terrazas y avistamiento de aves.

El objetivo del sector es aumentar las pernoctaciones de los viajeros, «intentar llegar a esas dos noches de media por turista (el pasado otoño se logró) y consolidarlas. Para conseguir este propósito, Cáceres puede añadir más atractivos a su visita porque realmente los tiene y los ha tenido siempre», explica Gema Méndez, miembro de la Asociación Profesional de Guías Turísticos. A diferencia de otras ciudades, «cuando comenzó a concebirse Norba Caesarina, Cáceres se situó defensivamente entre siete colinas, siete montículos con la Ribera del Marco corriendo en la parte baja, junto a la muralla. Y esas vistas tan maravillosas son las que podemos ofrecer hoy», subraya la profesional, recordando que en pleno frenesí de las redes sociales «esas fotos subidas por turistas son auténticos reclamos para que vengan otros».

EL AMPARO: La inauguración de la Ronda Este permite disfrutar de un nuevo mirador desde la Sierra de la Mosca. Se sitúa junto a la ermita del Amparo y se accede por una pasarela sobre la nueva variante, de unos 50 metros de largo. Ya se ha convertido en uno de los lugares favoritos para sacar instantáneas de la ciudad, al estar en plena zona de paso hacia el santuario y ubicarse además junto a un nuevo aparcamiento que facilita la llegada de personas con movilidad reducida. Las puestas de sol son su gran reclamo.

Además, los miradores permiten comprender de un vistazo la envergadura de la ciudad histórica de Cáceres. Cuando los visitantes desembarcan en la ciudad, «les explicamos que están en el primer conjunto monumental de toda España, pero no asumen lo que significa hasta que no llegamos al Palacio de Carvajal, vemos la maqueta completa y subimos a la torre. Entonces entienden su valor y se sorprenden», detalla.

PASEO ALTO: Fue el primer parque público de Cáceres, construido en 1852 sobre el entonces Cerro del Teso o del Rollo (en la picota se realizaban los ajusticiamientos). Desde sus 450 metros de altura ofrece unas vistas impagables al Norte y Oeste de la ciudad, Los Llanos y la Sierra de Gredos, nítida y a veces nevada. Más abajo, junto al residencial Infanta Isabel, se ha ubicado un parque y una escultura que también sirve de mirador al casco histórico, con una panorámica muy curiosa a través de su estructura tubular, que muchos ya tienen en sus móviles.

De hecho, los guías recomiendan a los visitantes acudir a los distintos miradores una vez finalizada la visita oficial. «Tenemos vistas privilegiadas, como el Santuario de la Montaña, al que nunca le hemos sacado el suficiente partido, o la excepcional panorámica de Galarza, o el banco de San Marquino, al que se une ahora un poco más arriba el mirador de la ronda Este». También los del Paseo Alto, «con esa escultura tubular del Infanta Isabel que ofrece una perspectiva realmente singular que muchos buscan con sus móviles», y por supuesto «las torres y campanarios del recinto intramuros», enumera Gema Méndez.

TORRE DE CARVAJAL: La torre redonda del palacio de Carvajal (siglo XII), abierta al público, ofrece una de las mejores perspectivas de la ciudadela que la rodea. En su base está la capilla con interesantes frescos.

«Son panorámicas que los cacereños estamos acostumbrados a ver, pero que a los visitantes les llaman muchísimo la atención». Además, a la mayoría de estos puntos se puede llegar a pie. «Es tal y como dice la campaña: Cáceres a dos pasos de ti», destaca la guía oficial.

TORRE DEL HORNO: La vista desde este bastión permite tomar conciencia de la fortaleza de las torres albarranas que defendieron Cáceres por el flanco Noroeste. Tiene un alzado impresionante sobre la plaza de las Piñuelas.

Pero hay más. Este conjunto de atalayas se ampliará próximamente con otros proyectos ya en marcha. Destaca el nuevo mirador de San Marquino, que acaba de anunciar el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica. «Vamos a construirlo sobre un terreno municipal que ahora es un roquedo, en la ladera de la Montaña, en la misma barriada de San Marquino. Se trata de una ubicación idónea, la única desde la que se puede ver al completo el lienzo Este, recientemente restaurado durante la primera fase de recuperación de la muralla», detalla el concejal de Patrimonio, José Ramón Bello.

San Marquino: Esta barriada, en la falda de la Montaña, constituye el mejor mirador hacia el casco histórico, máxime ahora que se ha restaurado el alzado Este de la muralla, en el que se aprecian la torre de Hernando Pizarro, el cubo del Olivar de la Judería, la torre de los Aljibes, el Baluarte de los Pozos, la torre del Río, el Arco del Cristo, los distintos lienzos y, tras la muralla, el conjunto monumental. Ya existe un mirador en la zona desde ‘el banco más bonito de Cáceres’, pero el Consorcio Ciudad Histórica habilita otro en un terreno municipal que quiere ultimar este año.

«Nuestro objetivo se basa en sumar otro reclamo a ese Cáceres de los miradores que tenemos la fortuna de poseer», destaca el edil. Desde este enclave podrá tomarse «la fotografía del atardecer con la vista más bonita de Cáceres, y posiblemente una de las mejores del país, sin ningún otro edificio moderno delante, solo historia, mientras se disfruta de forma sosegada de ese lienzo restaurado», describe. Y así es. La panorámica posiciona a Cáceres en su justo término, con torres, lienzos, campanarios y palacios que forman un conjunto realmente difícil de encontrar en otros destinos.

LOS CAMPANARIOS: No hay nada más tentador para un turista que subir a un campanario. Más aún si desde lo alto se divisa una Ciudad Patrimonio de la Humanidad. En Cáceres se encuentran abiertos al público con carácter general dos de ellos: el de Santa María y el de la Preciosa Sangre. El primero se sitúa en una torre de tres cuerpos, de estilo renacentista, con cuatro pináculos muy característicos, y permite observar una panorámica de 360º sobre todo el conjunto monumental. El segundo en realidad son dos torres campanario donde está asegurada la mejor fotografía.

El proyecto tiene un presupuesto de 80.000 euros. El Consorcio quiere crear una infraestructura pavimentada «para ofrecer un espacio agradable, accesible y amigable que nos permita en un futuro la posibilidad de contar con algún tipo de kiosco o café», precia José Ramón Bello. La intención es licitar el proyecto y la obra este mismo año. «Queremos sumarlo cuanto antes a la oferta de los miradores y de los espacios que estamos abriendo».

TORRE DE LAS CIGÜEÑAS: Se trata de la única torre que mantuvo sus almenas cuando la Reina Isabel la Católica mandó desmochar los bastiones cacereños, ya que se estaba construyendo (siglo XV) por orden del capitán Diego de Ovando, vasallo y miembro de su real consejo. Es el punto más alto de la ciudad, donde está el vértice geodésico y donde las vistas son apabullantes siempre que no se tenga especial vértigo. Se accede con petición previa, ya que forma parte de la sede de la Comandancia Militar, que mantiene un convenio con el ayuntamiento para este fin.

Pero además, en la segunda fase de restauración de la muralla se incluye la apertura al público de dos torres muy interesantes, Aver y Redonda, que son auténticos modelos de cómo construyeron los árabes su fortaleza, porque apenas han tenido intervenciones posteriores. Están en el tramo suroccidental de la muralla, cuya reforma será financiada a través de la Comisión Mixta del 1,5% Cultural del Gobierno, que aportará 850.150 euros (70%), complementados con 364.350 del ayuntamiento (30%) hasta sumar 1.214.500 euros.

LOS POZOS: La más avanzada de las torres albarranas (siglo XII) también debió de ser la más bella de la muralla levantada por los almohades, puesto que conserva esgrafiados en sus caras norte y oriental, decoración extremadamente valiosa al tratarse de uno de los escasos elementos artísticos de fábrica hispano-musulmana que mantiene la ciudad. Desde lo más alto se contempla la Ribera del Marco, la Montaña y la propia Ciudad Monumental con una perspectiva que realmente sorprende. Los fondos Next Generation permitirán vaciar por completo su base.

La torre Redonda figura entre las más autóctonas y originarias por las escasas actuaciones que se le han practicado. De comienzos del siglo XIII, se apoya sobre un antiguo bastión romano y está levantada en tapial. Cuadrada en su base (6 metros de largo), pasa a forma octogonal mediante un biselado de las cuatro esquinas. Su altura sobre la muralla alcanza 6,7 metros y su almenaje incorpora algunas saeteras.

BUJACO: La mejor vista del casco histórico desde el Sureste está en la torre de Bujaco (siglo XII, sobre sillares romanos), ya que permite contemplar las iglesias y palacios de la ladera monumental, que alcanza su cima en San Mateo. También, desde sus 25 metros de altura, se divisa en toda su extensión la plaza Mayor. Además, la entrada a esta torre albarrana incluye a su vez el acceso a la torre de los Púlpitos (XV), la única de estilo militar cristiano, así como transitar sobre la muralla y disfrutar del Arco de la Estrella y de los Restos Romanos del Mayoralgo.

La torre del Aver, ahora en mal estado, llena de oquedades, se asienta en sillares romanos y ofrece una de las morfologías más representativas de la forma de construcción original de los almohades. Aún se aprecian restos del revoco de cal que la cubría a modo de protección. El ayuntamiento quiere sacar estos días a licitación el concurso para llevar a cabo la obra.

GALARZA: Es uno de los miradores referentes de la capital cacereña por su amplia panorámica del casco antiguo pero también porque se sitúa en el principal punto de llegada de turistas, con un ascensor que permite subir sin ningún coste hasta la terraza. Además, al existir un servicio de restauración, los propios cacereños acuden con frecuencia a disfrutar de las vistas, especialmente en las noches de verano. El ‘skyline’ centenario que forman los palacios, los campanarios y las torres como la de Sande o los Golfines de Arriba crean un reclamo que no tiene precio.

Pero además, el Gobierno local ya trabaja en la tercera fase de la restauración de la muralla mediante las ayudas otorgadas por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través del Plan de Recuperación y Resiliencia. Son 3 millones de euros que se destinarán, entre otros proyectos, a intervenir en un nuevo tramo, desde la torre de Bujaco hasta la torre del Horno, donde además se estudia adecuar y abrir al público la torre de la Yerba, y hacer transitable otro tramo de cinco metros de la propia muralla. Estas actuaciones se desarrollarán en 2023.  

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