La capital cacereña tiene varios proyectos sobre la mesa y a veces resulta difícil discernir unos de otros, sobre todo cuando se trata de sectores tan complejos como el energético o las nuevas tecnologías. El que acaba de presentarse oficialmente es el Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético (CIIAE), un proyecto prácticamente asegurado porque la inversión corre a cuenta del Gobierno a través de los fondos europeos Next Generation (74,5 millones de euros). Más allá de sus 150 empleos muy cualificados, se trata realmente de un espacio que situará a la ciudad en la ‘champion league’ de la investigación energética. Lo analizamos:

1. Buscará soluciones a un problema global

Hay que descarbonizar el planeta porque los efectos son ya evidentes. En 2050, la Unión Europea quiere ser climáticamente neutra, es decir, reducir sus emisiones a cero y lograr una economía sostenible, basada en energías renovables y limpias. Los científicos avisan de que no se puede esperar más: urge actuar contra el cambio climático. Entonces... ¿Por qué no comienzan a utilizarse masivamente las energías renovales (sol, viento...)? Efectivamente, constituyen la auténtica clave para prescindir de los combustibles fósiles que tanto contaminan (gas, petróleo...), pero tienen dos trabas serias para su uso global: existen pocas fórmulas que permitan almacenarlas en grandes cantidades (y poder aprovechar la energía solar de noche o la eólica cuando no hay viento); y debe desarrollarse el modo de transportarlas a distintos lugares. De esto se encargará el CIIAE de Cáceres, que formará parte de los centros de excelencia destinados a estudiar soluciones. «Buscará la forma de almacenar la energía de fuentes renovables que son intermitentes, para utilizarla cuando lo requieran los ciudadanos y la industria», detalla el secretario general de Ciencia de la Junta, Jesús Alonso, investigador y responsable de pilotar la implantación del centro.

2. Tres áreas distintas de investigación puntera

El CIIAE buscará estas soluciones por tres vías. Por un lado, con la mejora de baterías y supercondensadores para lograr la movilidad eléctrica en el transporte ferroviario, marítimo, aéreo o por carretera. Pero estos dispositivos tienen un límite, y más allá de ellos habrá que emplear el hidrógeno verde, gran área de investigación del CIIAE. El hidrógeno es un elemento capaz de almacenar la energía que generan las renovables, convertirse en vector para su transporte y transformarse después en combustible o electricidad. Todo en uno. Abunda en el planeta, pero debe investigarse más y abaratarse. La tercera vía consistirá en el estudio del almacenamiento térmico, para concentrar la energía de las centrales térmicas y liberarla cuando se precise.

3.  Llega justo en un momento crítico

Primero la pandemia y luego la guerra de Ucrania han dejado claro que «Europa necesita autonomía energética», explica Jesús Alonso. De ahí que la UE esté destinando recursos a potenciar esa transición hacia una energía abundante, limpia y barata que no la obligue a depender de otros países, visto lo que ocurre con el gas. Y todo ello cuando ha comenzado a proyectarse el CIIAE en Cáceres, que gana mayor peso. «Todas las investigaciones que se van a realizar en el centro, en el que esperamos tener los mejores profesionales, ayudarán a esa descarbonización, a buscar alternativas para que las energías renovables se sitúen en la cúspide, y dejar de depender de combustibles fósiles», indica Jesús Alonso.

4. Proyectos innovadores que se complementan

La capital cacereña ha visto llegar distintos espacios de innovación en tecnología y sanidad que se retroalimentan. El campus se ha convertido en una especie de distrito avanzando con el Parque Científico y Tecnológico (IBM, Ilunion, Gamma, Wordline Iberia u Homeria, adquirida por Glovo), los Contenedores de Institutos Universitarios de Investigación, la Politécnica, Veterinaria y Enfermería con nutridos grupos científicos, el Intromac, la Bioincubadora o el Centro de Cirugía de Mínima Invasión. Ahora se une el CIIAE y ya se tramita en Capellanías el Parque Eco-Industrial CCGreen (200 hectáreas, 1.300 millones de € y unos 1.200 trabajadores), que ha visto al CIIAE como un aliciente para implantarse en Cáceres, donde Ingenostrum creará el primer centro de datos libre de carbono de Europa y previsiblemente una planta termoeléctrica