El Periódico Extremadura

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EL APUNTE

Presupuesto y remanente positivo

La subida del IBI y el rodaje no se va a anular, son tres millones extras para gastos corrientes que tampoco se recortarán

La coordinadora regional de Podemos y la portavoz municipal de Unidas Podemos con el alcalde, el pasado jueves. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

El gobierno local socialista aprobará esta semana su tercer presupuesto, con un importe de 75,4 millones. Será posible gracias al apoyo de Unidas Podemos y del concejal no adscrito Teófilo Amores, a estos respaldos se suma la abstención del edil de Cs Antonio Bohigas, independiente dentro de la formación naranja. Los presupuestos son la principal norma que la corporación local tiene que abordar cada año, por eso el valor de su aprobación, además con un gobierno en minoría, aunque este año salen adelante con demasiado retraso, en junio, y eso que la aprobación de la semana que viene no será la definitiva, solo la inicial. 

Los dos gobiernos en minoría que hubo con anterioridad al de Salaya, el de Carmen Heras y el segundo de Elena Nevado, no completaron la legislatura con todos los presupuestos aprobados. Salaya va camino de lograrlo, pero pocas corporaciones locales han sacado unas cuentas con tanto retraso.

A Unidas Podemos le interesa que salgan adelante estos presupuestos para así presentar como un logro dos de las medidas que condicionan su apoyo: la gratuidad del servicio de autobús urbano para los menores de 16 años y la creación de la oficina municipal de vivienda. El apoyo de Podemos se mantiene, queda el último presupuesto, el de 2023, y, salvo que el expediente de la mina se agilice, Salaya podría volver a tener el respaldo de los morados.

El argumento de Amores siempre ha sido el de no entorpecer el funcionamiento del consistorio con cuentas prorrogadas. Ha ido dando su voto a todas las cuentas, su única condición ha sido incorporar a los presupuestos partidas concretas, como, por ejemplo, el incremento del gasto social. Y la abstención de Bohigas es una novedad, ya que en cuentas anteriores votó en contra con el resto de componentes de su grupo municipal, pero, tras recordar que él es un independiente dentro de Cs, ha explicado que con su abstención lo que hace es anteponer lo que cree que es bueno para su ciudad, en este caso facilitar que salgan adelante las cuentas. Salaya no necesita su abstención, ya tiene los trece votos, pero es un refuerzo más a las cuentas.

Estos presupuestos no tienen grandes novedades en gastos, pero sí en los ingresos al incluir un mayor incremento en la recaudación de los impuestos directos al haberse subido el tipo impositivo del IBI y el tributo de circulación. Con esta subida, y con el aumento de las transferencias de fondos de los impuestos que recauda el Estado, se suple la reducción de ingresos del impuesto de construcción y obras, que, con las plantas fotovoltaicas de Iberdrola y Alter Enersun, permitió cuadrar las cuentas de 2020 y ayudó a las de 2021. Con este aumento de la recaudación para 2022 se cuenta con mayores ingresos para los gastos corrientes (se incrementan gastos como el del contrato de la basura o la aportación a la diputación para el servicio de bomberos) y para financiar inversiones (con recursos propios se gastarán 2,5 millones de euros).

Pero la aprobación de los presupuestos coincide con la difusión del dato del remanente de tesorería para gastos generales que había al cierre del año 2021, arroja un dato positivo de 13,3 millones de euros, el más alto que ha tenido el ayuntamiento. Es un dato, a falta de conocerse al detalle las cifras de la liquidación, que resulta demasiado elevado para un año de postpandemia y con demasiados compromisos y urgencias. La suspensión un año más de las reglas fiscales de la ley de estabilidad presupuestaria (no se debe observar la regla de gasto) da mayor libertad para el destino de este remanente de tesorería. Ahora el gobierno local deberá decidir en qué se lo gasta, además de para amortizar deuda y para inversiones. No es un dinero líquido, sino un recurso de ingresos que permite consignar crédito a gastos.

Se ha cuestionado en estos días que se hubiese afrontado una subida de impuestos para este año y que en el ejercicio anterior se haya tenido un remanente tan elevado. El remanente al cierre de 2021 puede introducirse en los presupuestos del año siguiente, los de 2022, con modificaciones, no cabe incorporarlo en sus previsiones iniciales, en las que para los gastos corrientes que son obligatorios (personal, contratos de prestación de servicios, gastos y bienes corrientes...) se necesitan unos ingresos corrientes en los que sostener las previsiones.

La subida del IBI y del impuesto de rodaje no se va a anular, al menos este gobierno no lo hará, son tres millones seguros todos los años que permiten afrontar los gastos corrientes, que tampoco se reducirán. Lo que sí puede el gobierno es utilizar ese remanente para, junto con los fondos europeos que se tienen que gastar y el crédito de 8 millones concertado el pasado año, generar actividad.

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