Desde esta terraza de la plaza de las Piñuelas se divisa el mundo. Es como tener el cielo entre tus manos o hacer con tus ojos millones de milimétricas fotografías que recrean la elefantiásica belleza de una de las ciudades más hermosas de la tierra. Cáceres, eterna y coqueta capital de provincias, con su paseo de Cánovas, sus cañas en Las Claras, sus churros en la Vicenta Ruiz, sus pinchos en Las Cancelas y sus piedras, las hay por cientos. Piedras que hablan de las tres culturas que las levantaron durante siglos, que recrean con rigor su historia milenaria que hoy sigue siendo el señuelo para turistas llegados de todos los puntos del planeta.
Desde esta terraza aprendes a mirar, a mirar con los ojos de un niño curioso que acaba de salir de la barriga de su madre. Es un lugar mágico, donde el cielo se confunde con ese mar de tu imaginación al que se parecen Los Llanos de Cáceres. Suena la música, hay cervezas sobre unos palés convertidos en una mesa sobre la que dice ‘cómeme’ una tortilla de patatas encargada al restaurante Oquendo de Pablo Medrano. Mientras echas un sorbo a la lata vuelves a mirar, y vuelves a mirar el mundo, esta vez teñido sorpresivamente de blanco.
Ayer Cáceres amaneció con niebla y eso lo hizo aún todo más romántico. La ciudad despertó con una imagen inédita: unos operarios subidos a una grúa pintando la cúpula del palacio de Moctezuma, uno de los más icónicos de la ciudad monumental, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Desde la terraza el inmueble se aprecia en todo su esplendor.
Fue construido entre los siglos XIV y XV, aunque las obras principales fueron promovidas posteriormente por un nieto de Juan Cano Saavedra, que había viajado a América uniéndose allí a las filas de Hernán Cortés, y que se casó con la princesa Tecuixpo, más tarde bautizada con el nombre de Isabel de Moctezuma, hija del emperador azteca Moctezuma II. Los salones principales del palacio están decorados con pinturas al fresco que representan a emperadores romanos, junto con bustos de reyes mejicanos y paisajes de ciudades europeas.
Las últimas obras de reacondicionamiento del palacio las llevó a cabo el Ministerio de Cultura ya en el siglo XX. Hasta hace unos años fue sede del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de la ciudad de Cáceres. Su ubicación, en la plaza del Conde de Canilleros, lo convierten en visita obligada durante el paseo por la parte antigua.
Emocionante
«¡Qué emoción!», dijo el concejal Jorge Villar al contemplar la actuación, que lleva a cabo la Junta de Extremadura, según confirmó la directora del Archivo Histórico Provincial, Esperanza Díaz, organismo que tiene como sede este edificio. Recordó que se trata de unas obras menores de mantenimiento y mejora para acondicionar la habitabilidad y salubridad en el inmueble. Y comentó que la actuación la lleva a cabo la Concejalía de Cultura y Turismo con fondos europeos de desarrollo regional.
Raspado y encalado
Las obras han consistido en el raspado y picado de paramentos verticales y de las bóvedas, tanto del hall de entrada al palacio como del patio, que se encontraba en mal estado de conservación y que ahora se está adecuando. Además, se están limpiando los elementos de granito de ese patio.
Los salones están decorados con pinturas al fresco que recrean escenas romanas e incas
Igualmente se han hecho algunas adecuaciones de pintura de repujado en las escaleras de acceso y en algunas salas, como la de los investigadores, por la presencia de humedades. Díaz añadió que se está subsanando parte de la carpintería de madera, especialmente de puertas y ventanas, algunas deterioradas por las inclemencias climatológicas. Se han sellado y pintado. Por último, se ha procedido al retejado de las cubiertas, algunas en mal estado y se han limpiado los tejados.
La directora del archivo se refirió especialmente a la pintura de la cúpula, sobre la que no se actuaba hacía años y había perdido parte de la pintura. Antes de encalarla se ha lijado. El presupuesto de la obra es de 45.302,99 euros.
La opinión del alcalde
El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, no tardó en mostrar su satisfacción por la reforma. Recordó que nada más llegar a la alcaldía hace tres años trasladó a la Junta la necesidad de pintar la cúpula y comentó que cuando el ministro de Cultura, Miquel Iceta, visitó recientemente Cáceres y entró en su despacho, le pidió que mediara para que se realizara la actuación. Salaya definió el Palacio de Moctezuma como «una de las referencias de la ciudad monumental».
En la terraza continúa el tiempo detenido. Los operarios dan los últimos retoques a lomos de una grúa gigante no apta para los que padezcan vértigo. Ellos han hecho el milagro: pintar de blanco el horizonte en una ciudad de cuento.
