investigación En LA FACULTAD DE VETERINARIA

Las claves docentes para comprender la toxicología en Cáceres

El grupo de trabajo que lidera Francisco Soler lo conforman nueve personas

Se dedican a estudiar los casos de envenenamiento en la fauna de la región

Trabajan para la Junta de Extremadura desde hace 21 años

El grupo de investigación en toxicología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura.

El grupo de investigación en toxicología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura. / ÁNGEL GARCÍA

Son numerosos los grupos de investigación que trabajan desde la Facultad de Veterinaria del campus cacereño de la Universidad de Extremadura. Cada uno, en un ámbito distinto. Uno de los más relevantes es el que lidera Francisco Soler, del área de conocimiento de toxicología. Lo conforman un total de nueve personas -es un número bajo para la importante carga de trabajo que tienen-, de los que tres son veterinarios, uno es farmacéutico y otro estudió ciencias ambientales. Participa la totalidad del profesorado de este ámbito y más personal con contrato de investigador, lo que les convierte en un grupo multidisciplinar que aborda distintas facetas de la ciencia. Son María del Prado Míguez, Marcos Pérez, Ana Lourdes Oropesa, Salomé Martínez, David Fernández, Javier García, Justi Salazar y Fernando Lobo.

David Fernández, trabajando uno de los aparatos del laboratorio.

David Fernández, trabajando uno de los aparatos del laboratorio. / ÁNGEL GARCÍA

Colaboran desde hace 21 años con la Junta de Extremadura. Son, desde 2002, el laboratorio encargado de realizar los análisis toxicológicos para el diagnóstico de casos de envenenamiento en la fauna de toda la región. Es decir, cualquier animal que fallezca y haya indicios de haber sido intoxicado, es enviado a su laboratorio. Previamente pasan por el Centro de Recuperación de Fauna y Educación Ambiental ‘Los Hornos’ de Sierra de Fuentes. Durante este tiempo han analizado más de un millar de muestras. 

Otros acuerdos

Además de los trabajos que les encarga la institución regional, también han firmado convenios con empresas privadas para realizar estudios con conocimientos particulares. En 2023, han finalizado un acuerdo con una marca de plaguicidas por el que se encargaban de probar los productos que les enviaban en los animales de la facultad y así poder conocer las reacciones.

Algunos de los casos que se han encontrado son llamativos: «Hemos visto cebos envenenados que son auténticos cócteles, que tienen tres o cuatro compuestos químicos distintos que están prohibidos y ni siquiera están a la venta. Esto significa que hay un interés claro en provocar la muerte del animal», indica Soler. Otros, por su parte, han llegado incluso a ser judicializados: «Aquí recibimos, analizamos y enviamos los resultados a quien nos remite la muestra. Ellos son los encargados de presentar denuncias si lo creen conveniente. Hay algunos casos que no sólo han llegado a juicio, sino que se ha condenado a personas».

Es un grupo que, gracias a la continua financiación que lleva recibiendo en las últimas dos décadas, se puede permitir pensar en el futuro y en nuevos ámbitos de investigación. Van a comenzar con los efectos de los insecticidas en la apicultura.

Se trata de un grupo que necesita contar con los servicios e instalaciones de los que dispone la UEx: «Es importantísimo porque sería imposible realizar todo por nosotros sólos. No tenemos financiación para tener todos los aparatos ni preparación para manejar los equipos», asegura Soler.

Artículos publicados

Uno de los objetivos de este grupo es ver sus trabajos reflejados en las revistas más importantes del panorama toxicológico. «Consideramos que nuestra producción científica en cuanto a publicaciones en revistas internacionales está bastante bien». El último fue la redacción de siete capítulos en el cuarto tomo de una de las enciclopedias del ámbito más relevantes: ‘The Encyclopedia of toxicology’, que edita Philip Wexler. «Lo hemos hecho entre todos, no es la primera vez que colaboramos. Ver nuestro texto en un libro que tiene tanto reconocimiento a nivel mundial, es algo muy interesante», indica Soler.

Otro de los más importantes que han publicado fue una recopilación de cebos envenenandos que han recibido a lo largo de sus 20 años de trabajo: «Hemos visto casos tan llamativos como salchichas o croquetas con varios tóxicos».

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