el análisis tras la reunión bilateral entre el gobierno luso y el cacereño

La conexión con La Raya centra la agenda de Cáceres y Portugal

La diputación incide en que la «única frontera» que queda en Europa es el Sever

Viajar hasta Castelo Branco por carretera supone todavía emplear más de dos horas

Imagen de la presa de Cedillo, controlada por Iberdrola.

Imagen de la presa de Cedillo, controlada por Iberdrola. / JOSÉ PEDRO JIMÉNEZ

El futuro de las relaciones entre la Diputación de Cáceres y el Gobierno de Portugal tiene un claro objetivo: la conexión con La Raya. La vicepresidenta provincial incide en que la "única frontera" que existe en Europa es el río Sever a la altura de Cedillo, donde Iberdrola prohibió la libre circulación desde 1995.

Imagen de archivo de la Ex-A1 en 2010, a la altura de Moraleja.

Imagen de archivo de la Ex-A1 en 2010, a la altura de Moraleja. / NIEVES AGUT

Unos 180 kilómetros separan a Cáceres de Talavera de la Reina, pero un viaje en coche no supera la hora y cuarenta minutos. Hasta Castelo Branco hay cuarenta kilómetros menos, pero el recorrido hasta allí es tedioso y extenso. Más de dos horas de camino para recorrer esta distancia. El motivo es evidente: la infraestructura. El trayecto hasta la ciudad de Castilla-La Mancha es cómodo, de carretera y manta. Pero recorrer la N-240 lusa puede convertirse en una aventura.

La ministra de Cohesión Territorial portuguesa Ana Abrunhosa garantizó el pasado viernes la construcción de la autovía Castelo Branco-Monfortinho y también el puente sobre el río Sever. Esto viene a ver cumplida la vieja reivindicación de invertir para mejorar las comunicaciones en la frontera entre Cáceres y Portugal.

No es la primera vez que existe el interés de conectar Cáceres y Portugal y finalmente no se consigue. Fue a comienzos de siglo cuando comenzaron las promesas. Mientras Extremadura construía la primera autovía íntegra de la comunidad (la Ex-A1, entre Plasencia y Navalmoral de la Mata), en Portugal se retrasaba el proyecto. Esta autovía, llamada Itinerario Complementario 31, vuelve a tener fecha: se prevé comenzar su ejecución en 2026. «Todos estos esfuerzos permitirán una reivindicación histórica: unir no solo territorios, sino también personas y proyectos de vida», comentó la vicepresidenta primera de la Diputación de Cáceres que participó esta semana en el encuentro bilateral entre ambos países celebrado en Castelo Branco.

El puente en el Sever

La construcción del puente en el municipio cacereño de Cedillo es un proyecto frustado desde hace casi 30 años. En 1995, la empresa Iberdrola decidió no permitir la libre circulación por la presa construida en la unión de los ríos Tajo y Sever. Esto es la mejor definición de Extremadura como una ‘isla incomunicada’. Para viajar de la localidad cedillera y Montalvao, que apenas están a 8 kilómetros, hay que dar un rodeo por Valencia de Alcántara y cruzar la frontera por Marvão, lo que convierte a este camino en una travesía de más de 100 kilómetros.

Tras las palabras de la ministra lusa parece verse la luz al final del túnel con ambos proyectos. A la autovía la denominó como «irreversible», aunque las elecciones generales portuguesas están a la vuelta de la esquina, y con el viaducto calculan que las obras se iniciarán en un año y tendrán un presupuesto de nueve millones de euros financiado con fondos europeos.

Más demandas

Pero no es todo lo que necesita Extremadura, y especialmente Cáceres, para tener una conexión de calidad con Portugal. El presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales, ya pidió al ministro de Transporte, Óscar Puente, en una entrevista con este diario que «acelere la conexión con Portugal», así como la conexión ferroviaria de Plasencia a Salamanca a través del tren Ruta de la Plata y los avances en la electrificación. También cobra importancia que Castilla-La Mancha se crea que tiene salida hacia Portugal a través de la región, «acelerando los tramos de Toledo, Talavera y Navalmoral».

Puede no ser la primera vez que se garantizan comunicaciones dignas entre Cáceres y Portugal. Puede también que la población haya dejado de ver al país vecino como un lugar al que acudir por las dificultades para viajar de forma rápida. Pero es fundamental que la provincia deje de ser considerada como una ‘isla incomunicada’ para su potenciación y conseguir atraer inversiones.

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