Las partes elevan sus conclusiones provisionales a falta del veredicto del jurado popular

«Pido perdón», dice el acusado del crimen de Miajadas tras dos jornadas de juicio

Los peritos cuestionan las amenazas y los forenses desmienten que tomara drogas. La acusación mantiene que fue un asesinato y su defensa alega que no quiso matarlo

El acusado P. R. S., durante la segunda sesión del juicio, este martes.  | CARLOS GIL

El acusado P. R. S., durante la segunda sesión del juicio, este martes. | CARLOS GIL / CARLOS GIL

"Quiero pedir perdón a la familia, no era mi intención que esto ocurriera así". Estas fueron las palabras que pronunció este martes el acusado del crimen de Miajadas tras dos jornadas de juicio en la Audiencia Provincial de Cáceres. Tras escuchar los alegatos finales de las partes, acusación y defensa en la tarde de ayer, la Sala presidida por el magistrado Valentín Pérez Aparicio concedió un último turno de palabra a P. R. S., imputado por la muerte de un vecino, antiguo amigo, por una deuda de 50 euros en 2021.

El acusado, de la misma manera que al inicio de la vista el lunes sí quiso hacer uso de la palabra y en una escueta y contundente declaración pidió disculpas por de muerte de J. A. S. a los allegados del fallecido, muchos de ellos presentes en la sala los dos días, antes de que la presidencia de la Sala diera por concluida la sesión pasadas las seis de la tarde.

Lo cierto es que la agilidad se ha convertido en una inesperada protagonista en el juicio. A fin de que el jurado popular permanezca conformado el menor tiempo posible, la Audiencia Provincial de Cáceres ha concentrado en dos intensas jornadas de mañana y tarde de las tres previstas todos los testimonios y las conclusiones de las partes a la espera de que el tribunal emita su veredicto, un fallo que se conocerá previsiblemente en las próximas horas.

Una de las particularidades que han compartido ambas jornadas es que han sido particularmente multitudinarias. En tan solo minutos, el aforo se completó con familiares y como de costumbre en los casos con jurado popular, con una extensa delegación de estudiantes de Derecho que ha seguido los interrogatorios.

La declaración más extensa de la vista ha sido la del propio acusado, P. R. S., que ha permanecido en prisión desde que fuera detenido en 2021 y ha sido trasladado a los juzgados durante el juicio custodiado en todo momento por agentes de la Policía Nacional. El joven quiso responder a las preguntas de la fiscalía y de su propio abogado Emilio Cortés. Desde entonces, testigos, peritos, forenses y agentes han desfilado por la Sala para ser interrogados para componer el relato de lo que ocurrió. Se da la circunstancia de que, en este juicio, a diferencia de en otros, el acusado ha confesado ser el autor de los hechos y se ha encontrado el arma del crimen, un cuchillo de 10 centímetros de hoja, que fue escondido en una parcela llena de maleza y basura y hallado horas después.

Así, tras una sesión inicial en la que se configuró el jurado popular y hubo un primer interrogatorio, este martes, la Sala recabó los testimonios de los peritos y forenses. Durante algo más de tres horas, declararon uno por uno los profesionales que se han encargado de analizar los restos biológicos y el lugar en el que se produjo la muerte.

NO IBA DROGADO / En cuanto a los asuntos sobre los que pudieron arrojar luz, los informes periciales constataron que el arma del crimen es tal porque se encontró ADN de acusado en el mango y de la víctima en el filo. Los informes de Toxicología descartaron, sin embargo, que el acusado hubiera consumido cocaína, tal y como había afirmado en su declaración. Sí precisaron estos análisis que la víctima dio positivo en cocaína y alcohol.

Otro de los asuntos que centraron la jornada fueron las llamadas que el acusado denunció haber recibido de la víctima y en las que justificó su estado de alteración. Los peritos que analizaron los terminales móviles sostienen en base a los informes de las compañías telefónicas que entre octubre y diciembre entre los móviles de ambos se habían producido un centenar de comunicaciones y en mayor número del acusado hacia la víctima y no al revés.

Por último, uno de los testimonios que protagonizaron la sesión fue el del forense que realizó la autopsia al cadáver. Incidió el experto en que la herida contaba una profundidad de 9 centímetros y precisó que «fue mortal porque afectó a una vena» al tiempo que concretó, a preguntas del letrado de la defensa, que «tuvo muy mala suerte». La víctima falleció a los 40 minutos porque la sangre le encharcó los pulmones.

HASTA 21 AÑOS DE PRISIÓN / En relación a las peticiones de las partes, la fiscalía y las dos acusaciones particulares coinciden en pedir que sea condenado por asesinato al entender que hubo intencionalidad por parte del acusado ni se encontraba atemorizado. Sí difieren en cuanto a las penas. Mientras el ministerio público reclama 19 años de prisión e indemnizaciones que superan los 300.000 euros, la familia pide elevar la condena a 21 años.

Por su parte, el abogado del acusado pide que su sentencia sea absolutoria o que se le condene por homicidio imprudente al entender que el suceso se produjo en unas circunstancias que le eximen de responsabilidad tales como miedo insuperable, trastorno mental transitorio y legítima defensa. Precisamente, en esa línea centró su declaración el acusado, que aseguró que no recordaba nada de lo que ocurrió en el apuñalamiento y que cogió el cuchillo «por miedo» a la insistencia de la víctima semanas antes para que le para una deuda de 50 euros por drogas debido a que el fallecido tenía que ingresar en prisión.

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