La fiesta del patrón

Damas y caballeros “andantes” agotan las rosas de Cánovas el día de San Jorge en Cáceres

José Antonio Falcón termina con la primera remesa de flores en Juanvic poco antes de las 12.00 horas

Verónica Pulido mantiene vivo el negocio de su padre otro 23 de abril

Ángel Blanco compra una rosa en el kiosko de Juanvic por San Jorge.

Ángel Blanco compra una rosa en el kiosko de Juanvic por San Jorge. / El Periódico

Cada 23 de abril, decenas de “caballeros y damas andantes” desfilan en chándal y deportivas por el paseo de Cánovas de Cáceres para hacerse con una de las rosas rojas que Verónica Pulido, de Flores Juanvic, envuelve en papel transparente y perlas de paniculata, desde hace casi dos décadas, por el Día de San Jorge.

Minutos antes de las 12.00 horas de la mañana, el veinteañero José Antonio Falcón se lleva la penúltima flor de la primera tanda puesta a la venta para su pareja, quien le regaló el que, hoy, es su obra favorita: ‘El Resplandor’ (Stephen King). En su caso, esta cita anual de flores y libros que no solo convoca a miles de fieles de la cultura y el amor en Barcelona, sino también en Cáceres, es algo que ha repetido por cerca de un lustro.

José Antonio Falcón con su rosa recién comprada.

José Antonio Falcón con su rosa recién comprada. / El Periódico

“Yo soy de Zalamea de la Serena, un pueblo de Badajoz en el que este día no se celebra. Sin embargo, cuando me mudé aquí, mi novia me habló de ello y empecé a hacerlo”, relata el joven con el afán propio de un entusiasta que quiere entregar su mercancía, antes de que empiece a mostrar sus primeros visos de marchitamiento.

Poco después, Ángel Blanco, un comprador radicado en Cáceres más ávido en esa peregrinación, pese a ser oriundo de la localidad cacereña de Trujillo, se lleva la primera rosa de una segunda tanda que, aún, no ha podido ser repuesta por Pulido. En su caso, el presente será para su mujer.

Las flores de Juanvic

La historia de ‘Juanvic’, kiosko que da la bienvenida a los transeúntes que caminan bajo la espesura de los vetustos árboles de Cánovas, comenzó hace 39 años cuando Florentino Pulido regresó de Barcelona y decidió abrir su propio negocio. Hoy, su legado lo sostiene su hija Verónica, quien este 23 de abril no puede contener la emoción al explicar, mientras selecciona con mimo los nuevos tallos que rellenarán el cubo vacío, que este es el primer San Jorge que vivirá sin la compañía de su padre, fallecido hace seis meses.

Verónica Pulido prepara las rosas de San Jorge en Juanvic.

Verónica Pulido prepara las rosas de San Jorge en Juanvic. / El Periódico

Según relata, tras una época de escasas ventas, el mercadeo de esta especie importada de Colombia se recupera en jornadas como esta, gracias a esas damas y caballeros “andantes” que, como el ingenioso y sediento de Justicia hidalgo don Quijote de la Mancha, celebran la cultura y el amor como uno de los últimos asideros de las bondades humanas, en tiempos de poca ternura y demasiadas guerras.