La parte antigua, hasta la bandera

‘Llenazo’ de turistas en Cáceres por el puente

La Ciudad Monumental fue durante toda la jornada un hervidero de gente coincidiendo con el segundo día del Besamanto de la Virgen de la Montaña, que apura sus últimas horas en la concatedral de Santa María

La calle San Antón, San Pedro y Pintores fue un bullir de gente durante toda la jornada de ayer. El último día del Besamanto de la patrona coincidió con una magnífica jornada primaveral que llenó este sábado el centro de la ciudad tanto de residentes como de visitantes. Las colas en la plaza de Santa María para acceder a la concatedral se entremezclaban con grupos de turistas visitando la parte antigua. Y también en San Mateo, el ambiente de celebración de una boda sorprendía en el mediodía a los turistas que entraban en la plaza.

Desde primera hora de la mañana, la patrona comenzó a recibir visitas y los integrantes de la cofradía empezaron a vender roscas de nuevo. 1.700 vendieron el pasado viernes y otras 1.000 ayer: «Y si traemos más, vendemos más», contaban. La fila para besar el manto de la patrona, que ayer volvió a lucir el número 126 -donado en 2014 por María Teresa González Luengo y de color rojo, brocado de satén y adornado en oro y plata-, llegó durante toda la mañana hasta la esquina del Palacio Episcopal. «Ayer, hubo un momento en el que llegó hasta la calle Pintores», señala Raúl Jerez, vicemayordomo de la cofradía.

Además, a las 13.00 se celebró la tradicional misa por las Intenciones dedicada al Ayuntamiento, a la que asistieron ediles de los grupos municipales de PP, PSOE y Vox.

Procesiones

La parte antigua también fue testigo durante la jornada de ayer de varios pasos procesionales de distintas cofradías. Por la mañana, los más pequeños de las Batallas hicieron procesionaron con la Cruz de Mayo. Salió de Santa María a las 11.30 horas y pasó por el Arco de la Estrella, plaza Mayor, Pintores, San Juan y Gran Vía.

Por la tarde, el grupo joven de la Sagrada Cena también procesionó desde Santiago para llegar hasta la concatedral y entregar a la Virgen un ramo de flores por el Centenario de la Coronación Canónica. Después, regresaron a Santiago. n