DESAPARECIÓ HACE CASI CUATRO MESES

Concluye sin éxito la búsqueda del montañero desaparecido en Sierra Béjar

Los efectivos no han conseguido ni localizar al barcelonés José Antonio Martínez, de 45 años y que pasaba las vacaciones de Navidad en Ceclavín, ni conseguir indicios que puedan llevar a él

Dispositivo de la Guardia Civil en la Sierra de Bejar a comienzos del mes de enero.

Dispositivo de la Guardia Civil en la Sierra de Bejar a comienzos del mes de enero. / GUARDIA CIVIL

EFE

El último operativo especial desplegado para buscar al montañero catalán desaparecido en la Sierra de Béjar (Salamanca) hace casi cuatro meses ha terminado este viernes por la tarde sin éxito.

Los efectivos no han conseguido ni localizar al barcelonés José Antonio Martínez, de 45 años, ni conseguir indicios que puedan llevar a él, aunque falta revisar ahora todo lo que han grabado los drones, según han explicado a Efe fuentes de la Guardia Civil.

Estos aparatos hacen vuelos rasos sobre el terreno en los cuales recogen imágenes que el operador va viendo en tiempo real y que después pueden volverse a estudiar al quedar grabadas.

Los cuatro equipos Pegaso con drones son uno de los múltiples recursos especializados que ha desplegado la Guardia Civil en este nuevo gran operativo para encontrar a Martínez, aprovechando la ventana de buen tiempo de este jueves y viernes.

Cuatro de los seis perros rastreadores que tiene la Guardia Civil española estuvieron este viernes en la Sierra de Béjar buscando al montañero. Son canes "súper especializados" capaces de oler un cadáver a unos 100 metros y de detectar un diente humano a 25 metros, según han indicado a Efe fuentes de la Guardia Civil.

Estos perros son "la joya de la corona" del gran operativo desplegado este jueves y viernes para intentar encontrar a Martínez, del que no ha habido ni rastro desde que el 29 de diciembre por la mañana emprendiera él solo la ruta al pico Calvitero.

El operativo, dirigido por la Guardia Civil, lo han integrado 20 efectivos del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM), cuatro guías de perros y cuatro equipos Pegaso de drones con un total de cinco operadores.

Además, hay dos helicópteros que el jueves sí pudieron trabajar pero este viernes se han tenido que quedar en tierra por la niebla baja y el fortísimo viento en la zona.

Este gran despliegue ha convocado a alrededor de 100 personas, entre los 30 guardias civiles que son quienes suben a buscar y los voluntarios de Protección Civil de Castilla y León, que apoyan con el avituallamiento y otras tareas, así como personal de Cruz Roja y Bomberos.

SIGUE LA BÚSQUEDA PERO EN EQUIPOS REDUCIDOS

A partir de ahora se volverá a lo que se ha estado haciendo en los últimos meses: efectivos del GREIM en equipos reducidos subirán a buscar al montañero cuando las condiciones lo permitan.

El último gran dispositivo para buscar a Martínez concluyó a mediados de enero por las fuertes nevadas en la Sierra de Béjar, y desde entonces el GREIM ha seguido buscándolo en las jornadas en que era posible.

La búsqueda del montañero está "sectorizada" en un mapa, donde los agentes registran los sectores que van barriendo y a los que vuelven: porque también se están repasando zonas en las que ya se buscó durante estos meses.

NO HA HABIDO NI UNA PISTA SOBRE SU PARADERO

A la entrada de los senderos del Calvitero hay unos carteles plastificados sujetos con montañas de piedras con la información sobre la búsqueda del montañero, pero hasta el momento no se ha recibido ninguna pista que ayude a encontrarlo.

Su mujer, Mercedes, y su hija Carla esperan noticias desde hace casi cuatro meses. El último mensaje que tienen suyo fue el audio que les envió el jueves 29 de diciembre a las nueve de la mañana para avisarles de que comenzaba la ruta al Calvitero.

Su coche estaba en el punto de inicio del camino, desde donde mandó ese último mensaje, por lo que la Guardia Civil, a cargo de la investigación del caso y del operativo, trabaja con la tesis de que nunca salió de la montaña.

José Antonio y Mercedes viven en las Franqueses del Vallès (Barcelona) y habían viajado a Ceclavín, el pueblo de ella, para pasar las vacaciones navideñas. Ese jueves, un día sin comidas familiares, el montañero aprovechó para hacer una ruta que le rondaba hacía dos años en la cabeza.