Lo que dice la Iglesia

¿Qué es un cura exorcista? El perfil del párroco miajadeño de Aldeanueva de la Vera

Francisco Torres participa en la tertulia contrarrevolucionaria que ha pedido rezar para que el Papa se vaya al cielo

Francisco Torres, cura de Aldeanueva de la Vera, en el programa de televisión en el que participa.

Francisco Torres, cura de Aldeanueva de la Vera, en el programa de televisión en el que participa. / EL PERIÓDICO

Miguel Ángel Muñoz Rubio

Miguel Ángel Muñoz Rubio

El exorcista es un sacerdote que tiene la capacidad para expulsar el demonio que está dentro de una persona y requiere la autorización por parte de un obispo, siendo este el representante de la Iglesia, según el código canónico, para poder ejercer sus funciones de exorcista.

Francisco Torres Ruiz, al que en Miajadas conocen como Paquito, y que es cura en Aldeanueva de la Vera, asegura en un programa de televisión de habla hispana en el que participa cada 15 días, que dispone de tal denominación. Además, ha saltado al primer foco de la actualidad por su participación en la tertulia sacerdotal contrarrevolucionaria autodenominada 'La Sacristía de La Vendée' en la que sus miembros (clérigos en su mayoría de la archidiócesis de Toledo, a excepción de Torres, que es de la de Plasencia), rezan para que el Papa se vaya "pronto al cielo".

El cura exorcista trata de hacer frente a una presencia demoníaca en el cuerpo del fiel. La intervención del especialista tiene el objetivo de expulsar el demonio invasor. En contextos católicos, el sacerdote tiene el monopolio del ritual, aunque a menudo un grupo de asistentes ayuda al exorcista.

La Iglesia Católica no permite a cualquiera convertirte en un exorcista. De hecho, hay un conjunto específico de requisitos que se deben cumplirse para ser admitido a este inquietante ministerio.

El primer requisito es el sacerdocio. Pero incluso aún así, según el Ritual Romano, solo ciertos sacerdotes pueden convertirse en exorcistas.

Un sacerdote –estando expresa y particularmente autorizado por el Ordinario–, cuando trata de realizar un exorcismo sobre una persona atormentada por el diablo, debe distinguirse adecuadamente por su piedad, prudencia e integridad de la vida. Debe realizar esta misión con toda constancia y humildad, siendo completamente inmune a cualquier tentación de grandeza humana, y confiar, no en sí mismo, sino en el poder divino. Además, es necesario que sea maduro, y no solo por su cargo sino por sus cualidades morales.

Informes consultados por este diario indican que «para ejercer su ministerio correctamente, debería proveerse de amplios estudios sobre la materia… examinando autores aprobados y casos experimentales». Este estudio debe incluir una comprensión integral de la psicología y la capacidad de discernir la diferencia entre los problemas médicos y los ataques espirituales.

El exorcista no debe creer demasiado fácilmente que una persona está poseída por un espíritu maligno; sino que debe asegurarse de que los signos por los cuales una persona se considera poseída pueden distinguirse de aquellos que padecen alguna enfermedad, especialmente una de naturaleza psicológica.

Hombres santos

En otras palabras, los sacerdotes que se convierten en exorcistas son hombres santos que no buscan este ministerio por poder o beneficio personal, sino que son llamados por Dios para esta tarea. Se requieren muchos años de estudio cuidadoso antes de prepararse para tal esfuerzo y el ministerio no se toma a la ligera.

Sin embargo, se le puede permitir al exorcista ser asistido por un laico en ocasiones especiales. Se aplican reglas similares a estos asistentes: deben tener una vida unida a los sacramentos. Deben estar bien preparados para tal experiencia, así como para el proceso de exorcismo.

El diablo intentará con todos sus poderes aumentar su influencia durante un exorcismo, así que todos los implicados en la expulsión de un demonio deberán confiar completamente en el poder de Dios para protegerles. Los expertos apuntan que "es una vocación espiritualmente peligrosa, que requiere mucha santidad y humildad".