Natación

César Castro rompe más barreras

El nadador placentino, feliz por su récord de España y la posibilidad de ir a París 2024

César Castro, en plena prueba.

César Castro, en plena prueba. / EFE

José María Ortiz

José María Ortiz

«Mucha gente es consciente de la lucha que llevo, por las veces que he intentado bajar de los 1.47 en los 200; de las dos clasificaciones para Juegos que se quedaron en las puertas; de ver cómo me estoy acercando a ello y voy rompiendo barreras». Como en tantas otras ocasiones, César Castro Valle (Plasencia, 31 de mayo de 1999) ha sorprendido al mundo de la natación española (¿o quizá no tanto?) rebajando el récord nacional de los 200 metros libre este fin de semana pasado en Sabadell, en el contexto del Campeonato de España de Invierno de Natación.

En la propia voz del nadador extremeño se percibe la emoción de lo que está viviendo y lo que le puede llegar. Con apenas 16 años sacó el billete para poder ir a los Juegos de Río 2016, después a los de Tokio… pero las lesiones le cortaron abruptamente el camino sucesivamente. Y él, inasequible al desaliento, no desfalleció: con la fuerza psicológicamente descomunal de su cabeza (y físicamente la de de su cuerpo) quiere estar, al fin, en una cita olímpica, la de este año en París. Y todo ello, lo está peleando desde el talento y la perseverancia.

«La gente lo vivió mucho. Yo también lo viví, fue una carrera muy espectacular, que gratifica un poco todo el esfuerzo, la dedicación que hay detrás… todo queda en un momento tan reducido de tiempo, pero se vive muy intensamente y estos días recibí las felicitaciones de todo el mundo. Sentirse ellos así llena mucho», dice a este diario sobre el 1.46.26 del 200 en un receso de su preparación.

De blanco, en el centro del podio.

De blanco, en el centro del podio. / CEDIDA POR CÉSAR CASTRO

Y es que el placentino analiza su momento. «Estoy un poco cansado después de una semana tan intensa entre Mundial y Campeonato de España. Al final han sido prácticamente dos semanas contínuas de competición. Por fin he acabado. Quedan un par de días de entrenos y después tendré tres de descanso para intentar recuperar y afrontar un poco todo lo que queda de temporada», cuenta. «Será del tirón. Después ya ni vacaciones. Ni Semana Santa ni nada. Este año toca esto. Voy a desconectar un poquitín y vuelta a la carga», añade este tremendo luchador. 

Gran balance

Castro, que nada para el CN Terrasa, cuenta todo lo que ha vivido en términos positivos, ya con el prestigioso Ben Titley y Antonio Jiménez como entrenadores. «El balance, tanto del Mundial como del Campeonato de España, es bastante bueno. En el Mundial me quedé con ganas de haber demostrado en la final del 4x100 que valgo para estar ahí, que tengo mucho más de lo que salió por la mañana debido a inconvenientes que tuve en la prueba. El resto bastante bien, también con un poquitín de la espina atravesada de haberme quedado tan cerquita de poder haber nadado semifinales y por la tarde los 200, pero bueno…».

«Al final terminé nadando más rápido de lo que había nadado nunca el 200, tanto por la mañana en posta con un tiempazo con el récord de España de relevos como por la tarde consiguiendo el récord de España individual», apunta. Lo del Campeonato de España era algo nuevo: «nunca habíamos hecho dos competiciones de tanto nivel y seguidas, pero al final ha ido muy bien. Al final encadenar esas dos citas los volúmenes de entrenamiento han ido bajando y he ido descansando. Eso nos ha hecho nadar más rápido y eso nos ha traído un Campeonato de España que, sin presión ni expectativa, ha salido bien».

A la derecha, especialmente motivado.

A la derecha, especialmente motivado. / CEDIDA POR CÉSAR CASTRO

Sin presión

Al final en el 200 que tanto ha sorprendido y tanta repercusión ha tenido, nadándolo solo y después de haberlo hecho en el Mundial que se supone que había hecho lo mejor, me he tirado con muchas ganas y he intentado nadar por debajo de 1’47 un montón de veces. Fui sin presión, pero con el foco puesto ahí e ir a por ello, intentar otra vez por bajar el 1’47 y al final ha sido posible. Tantas veces luchando que lo he conseguido. El trabajo que llevábamos detrás se ha convertido en realidad», dice en tercera persona, siempre humilde.

Las expectativas son las mejores, pero queda el último paso. «Nos hemos quedado a 0’20 de la mínima, pero es una alegría ver cómo somos capaces de nadar en 1’46 y sobre todo es muy especial y emocionante haberlo hecho en la piscina. Hace ocho años, cuando me clasifiqué para los Juegos de Río, fue algo parecido: toda la piscina animando. También toda la gente de pie y animando».

Con sus padres, en una imagen reciente.

Con sus padres, apoyo clave, en una imagen reciente. / Cedida

Lo que queda es, agrega gráficamente, «ir remando hacia adelante. Tenemos un par de competiciones, pero manteniendo la carga de entrenamiento, todo el foco es el Campeonato de España, antes de los Juegos. Estamos muy cerquita de la mínima, en los relevos todo apunta a que podremos estar ahí, pero no hay que dar nada por hecho. Después de lo vivido antes de Tokio, hay que seguir, aprovechar esta vivencia y motivación para seguir ahí», recalca.

En Doha, en el Campeonato del Mundo.

En Doha, en el Campeonato del Mundo. / CEDIDA POR CÉSAR CASTRO

El fisioterapeuta José Moreno, ‘Perry’, que tan bien le conoce, lo resume todo en una reflexión personal. «Tuvo la peor de las lesiones. 1, 2 y hasta 3 veces pasó por quirófano y sus respectivas y durísimas rehabilitaciones. Sólo la mente de un ganador supera estas adversidades. Se reinventó y ganó. A los que le rodeamos nos enseñó que hay que luchar siempre. Gracias, César».

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