Baloncesto

Baskonia Vitoria-Sagrado Corazón de Cáceres, un duelo muy especial

El equipo de Síndrome de Down e inclusivo del club extremeño, nacido con orgullo hace tres años, viaja a Vitoria para jugar tres partidos este fin de semana

Jugadores, técnicos, directivos y representantes de instituciones, este martes en el Palacio Provincial.

Jugadores, técnicos, directivos y representantes de instituciones, este martes en el Palacio Provincial. / JMO

José María Ortiz

José María Ortiz

Argeme Salas, de 17 años, salía con una sonrisa a comunicar la buena nueva en una sala de prensa plagada de compañeros de equipo y periodistas. “Juego en el baloncesto en el club Sagrado Corazón. Estamos felices por irnos el fin de semana a Vitoria. Vamos a ver un partido de Euroliga con mucha gente y el día siguiente a jugar contra un equipo como el nuestro. Entrenamos con los compañeros durante la semana, pero lo que más nos gusta es jugar los partidos. Somos personas con Síndrome de Down y sin Síndrome de Down, pero somos todos iguales, disfrutamos del baloncesto sin dificultad y sin diferencias”, decía la joven deportista en mitad de la rueda de prensa de los tres encuentros que disputarán ante el Baskonia el próximo fin de semana en una actividad sufragada por la Diputación de Cáceres.

En la expedición, entre miembros de la Asociación Síndrome de Down, el Sagrado, entrenadores y jugadores (38 en total, contando los infantiles), viajarán 47 personas y el plan no puede ser mejor: ver el Baskonia-Alba Berlín de Euroliga el viernes y jugar en Vitoria el sábado tres encuentros (uno de ellos de infantiles) ante los representantes del club vasco, que también tiene sección de baloncesto de similar perfil al extremeño.

Sheila Iglesias, diputada de Políticas Sociales, fue la primera en ensalzar al colectio, subrayar el esfuerzo que se hace por parte de todos, con 7.000 euros de la institución invertidos en esta iniciativa y 30.000 al año para los campus y otras vivencias que se organizan.

En ascenso

Enrique Márquez y Juanjo León son los entrenadores de este equipo muy del estilo de las exitosas dos películas Campeones. Entrenan tres veces una hora en la semana. “Cada vez hay más niños. Esto es dar otra visión. Se apoyan. Es muy enriquecedor para todos. Se crean unos vínculos y complicidad”, subraya Andrés Talavero, director de la Asociación Síndrome de Down en Cáceres, agradecido al apoyo institucional y satisfecho por la respuesta de sus chicos.

“Todo esto empezó hace más de tres años de una manera muy natural, con un equipo como el que hay muchos a lo largo de toda España. Pero empezamos a ver que antes y después de los entrenamientos los chicos del club del Sagrado Corazón empezaron a tener relación con los del Down”, dice el orgulloso Talavero. Y a partir de la pregunta fluyó todo. “¿Por qué no hacer un equipo con personas con discapacidad y sin discapacidad? Empezamos a darle forma: entrenan tres veces por semana, juntos. La mitad con síndrome y la otra mitad sin. Para el club son todos jugadores, no hay distinción”, recalca.

Y por ello la experiencia que llega será especial. “La asignatura que teníamos pendiente era encontrar un equipo parecido al nuestro contra el que poder jugar. Entrenar está bien, convivir está bien, el campus está fenomenal, pero quien hace deporte le gusta ese picante que da la competición y enfrentarse y medirte a otros equipos de tus características. Se encontró a Baskonia, que está en una situación similar, tiene dos equipos, uno masculino y otro femenino. Planteamos la posibilidad de hacer un encuentro. Se lo planteamos al área de deportes y política social de la diputación y nos apoyaron desde el principio. También tenemos que agradecer la disponibilidad del Baskonia”, dice el responsable de la asociación.

La idea es que sirva de ejemplo y que haya otros clubs de la provincia de Cáceres de baloncesto y otros deportes les sigan. “Se habla mucho del abandono prematuro de la práctica del deporte y a lo mejor la causa de la ausencia de competitividad. Al final convivimos y hacemos hacer vida de club. Van juntos a ver al equipo de EBA, es hasta donde tenemos que ir, a normalizar todo lo que nos une, no si hay un cromosoma de más o uno de menos. A estos chicos les gusta el baloncesto y eso les une”, apunta Talavero.

Marcos González García, de 14 años, también está feliz, como Argeme y todos sus compañeros. “Juego al baloncesto en el Sagrado Corazón. Queremos que haya más equipos como el nuestro para entrenar y jugar y disfrutar. Vamos a pasar un fin de semana para eso. Gracias al club, a Down y a la Diputación de Cáceres”. Marcos sueña, sus amigos también, con disfrutar de la experiencia.