Caja Rural de Extremadura ha abierto la convocatoria de la XXIII edición del Premio Espiga Jamón Ibérico DOP Dehesa de Extremadura, el veterano concurso en el que compiten los mejores jamones ibéricos producidos en la región.

«Queremos reconocer un año más el gran trabajo que realizan los ganaderos y los industriales de nuestra región, como se pone de manifiesto en las piezas de altísima calidad que se presentan al concurso», afirma el presidente de la Caja Rural de Extremadura, Urbano Caballo, quien resalta que estos premios son «una demostración del compromiso de nuestra entidad con las empresas extremeñas y con los productos más reconocidos de nuestra tierra».

"Son muy esperados por el sector del ibérico extremeño, porque gozan de un alto prestigio y suponen un sello de calidad"

«Es un orgullo poder seguir sumando convocatorias de estos Premios Espiga, que ya celebran su vigesimotercera edición y son muy esperados por el sector del ibérico extremeño, porque gozan de un alto prestigio y suponen un sello de calidad que contribuye a impulsar la comercialización», añade Caballo.

El concurso está dirigido a todas aquellas industrias elaboradoras o marcas comerciales acogidas a la denominación de origen Dehesa de Extremadura. Podrán participar presentando un jamón calificado de bellota o terminado en montanera, con precinto y etiqueta de la DOP y con un tiempo mínimo de curación de 22 meses. 

El plazo de presentación de las muestras irá del 29 de agosto al 2 de septiembre. Las piezas, acompañadas por la correspondiente ficha de inscripción, deberán depositarse en el Instituto Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (INTAEX), que forma parte del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX) de la Junta de Extremadura y es la institución responsable del desarrollo del concurso, bajo la dirección técnica de la investigadora María Jesús Martín.

Expertos catadores

La cata de los jamones recibidos se realizará́ mediante el sistema denominado ‘cata a ciegas’, a cargo de un panel de ocho expertos del INTAEX. Las seis piezas mejor puntuadas pasarán a una cata final, en la que el jurado decidirá cuáles recibirán los tres premios de esta modalidad de concurso: Espiga de Oro, Espiga de Plata y Espiga de Bronce.

Además, y como en años anteriores, Caja Rural otorgará una distinción especial a los ganaderos proveedores de los animales cuyos jamones resulten ganadores del concurso. 

En la pasada edición, la Espiga de Oro recayó en Embutidos Morato, de Los Santos de Maimona; la Espiga de Plata fue para Industrias Cárnicas Villar, de Burguillos del Cerro; y la Espiga de Bronce correspondió a Jamones Antonio Caravaca, de Montánchez.

El premio cuenta con la colaboración del Consejo Regulador de la DOP Dehesa de Extremadura, cuya presidenta, Elena Diéguez, expresa su «profundo agradecimiento a Caja Rural de Extremadura por la labor de promoción de un producto tan emblemático como el jamón ibérico, que además se realiza acompañada por el cava de Extremadura».

Optimismo con precaución

Con vistas a la próxima campaña de montanera, Elena Diéguez asegura que las perspectivas del sector del ibérico son de «optimismo con cierta precaución, muy pendientes de la situación». Explica que hay incertidumbre, porque «la situación del mercado no es la ideal, ni los costes de los inputs son precisamente los más apropiados». A ello se añade que se está atravesando «una sequía prolongada brutal y no sabemos cómo va a poder afectar a la producción de bellota».

«Queremos pensar que será una campaña probablemente algo diferente a la del año pasado, pero que tendrá sus bondades. Confiamos en que la climatología, las producciones y la industria elaboradora estemos todos acordes para llegar a la cifra de sacrificios de la campaña pasada y, si fuera posible, superarla», asegura la presidenta de la DOP Dehesa de Extremadura, que espera que la campaña «sirva para relanzar y significar aún más nuestro producto y que se conozca como algo extraordinariamente bueno, altamente saludable y emblemático de nuestra región».