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Monumentos romanos más allá de Mérida

Mérida, la capital extremeña es Patrimonio Mundial Unesco gracias a un legado romano reconocible y conservado hasta nuestros días. Pero en la comunidad autónoma existen otras maravillas de esa época: Cáparra, Puente de Alcántara, Augustóbriga, las murallas de Coria, Medellín y Regina

Arco romano de Cáparra, símbolo de la Ruta de la Plata, en Oliva de Plasencia.

Arco romano de Cáparra, símbolo de la Ruta de la Plata, en Oliva de Plasencia. / EL PERIÓDICO

Redacción

En Oliva de Plasencia se encuentra el yacimiento romano de Cáparra, hito y auténtico nudo de comunicaciones de la Vía de la Plata. Cáparra fue un municipio romano preponderante en la Lusitania y, de hecho, estaba amurallada en su totalidad. Se accedía a ella a través de tres puertas. Para comprender en su perfecta dimensión este yacimiento lo mejor es visitar el centro de interpretación para después seguir un itinerario señalizado que recorre el anfiteatro y la puerta suroeste. En el centro se encuentra un arco cuadrifronte del siglo I después de Cristo y único en la Península Ibérica. Junto a él y al foro se encuentran las termas. Todavía se puede apreciar el enlosado de la Vía de la Plata. El selfie junto al arco es obligado. En verano es sede del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y acoge diversas representaciones. 

Recientemente, la comarca cacereña de Ambroz-Cáparra ha presentado su nueva marca turística, centrada en el descanso activo, con un logotipo que refleja la unión de dos grandes territorios, con tonos azules que aluden al recurso del agua, colores verdes que representan el estilo de vida saludable, anaranjados que representan el mosaico de paisajes y el dorado que se refiera a los caminos con historia que atraviesan este territorio.

Medellín destaca por la conservación de su teatro romano y castillo. Encuentro de cronistas oficiales

Medellín destaca por la conservación de su teatro romano y castillo. Encuentro de cronistas oficiales / Europa Press

Por su parte, el puente romano de Alcántara, paso imprescindible en una de las ramificaciones de la Vía de la Plata, es otro de los espacios monumentales que dejan boquiabierto al viajero. Fue construido entre los años 104 y 106 y declarado, a mediados de los años 20, Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. Que esté todavía en uso casi dos mil años después de su levantamiento habla de su firmeza y solidez. De hecho, se ha proyectado un puente paralelo donde derivar el tráfico para no someter a más estrés a esta obra maestra de la ingeniería que muchos consideraron en su momento una de las maravillas del mundo. A 193 metros de altura sobre el Tajo, tiene cinco pilares a diferentes alturas y un hermoso Arco del Triunfo de 13 metros de altura. Es obra del arquitecto Cayo Julio Lacer, cuyo nombre figura en el templete cercano al puente, donde una inscripción asegura que el puente “durará mientras dure el mundo”. Alcántara, municipio donde se encuentre el puente romano fue declarada en 2022 Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Sitio Histórico, por conformar un conjunto relevante en el contexto del patrimonio histórico y cultural extremeño. Alcántara, debido a su situación de frontera y al ser paso obligado para poder vadear el río Tajo, ha sido un lugar estratégico desde tiempos pasados, tanto desde el punto de vista militar como comercial y de las comunicaciones.

Los restos que quedan de la antigua Augustróbriga son también una de las señas de identidad de la Extremadura romana. Son solamente unas columnas del pórtico de un templo, pero su belleza y su armonía son evidentes. Se conserva íntegro su basamento de piedra granítica, así como su pavimento de grandes losas. Se encuentra entre la carretera de Navalmoral de la Mata y Guadalupe. El Pórtico de la Curia de Talavera La Vieja, conocido como Los Mármoles, es el único que se conserva en todo el mundo romano y fue cambiado de ubicación y trasladado piedra a piedra, pues el pueblo iba a ser anegado con la construcción del embalse de Valdecañas en 1963.

Las murallas romanas de Coria fueron construidas durante el llamado bajo Imperio Romano, siglos III-IV, aunque también se le añadieron elementos medievales. Es irregular y aún conserva cuatro puertas de acceso: Puerta de la Ciudad, de la Guía o de las Cuatro Calles; Puerta de san Francisco, de la Cava o del Rollo; Puerta del Carmen o Nueva; y Puerta del Sol o de San Pedro. Es un magnífico ejemplo de arquitectura militar romana y, como tal, su calidad constructiva la hizo infranqueable durante siglos. Algunos de los lienzos en la actualidad no son visibles ya que construcciones posteriores se han ido adosando a la cerca. Coria siempre merece una visita y sus murallas son una buena excusa para conocer esta ciudad catedralicia.

Los restos romanos de Medellín, cuna del conquistador Hernán Cortés, destacan por su buen estado de conservación, especialmente el teatro, así como otras estructuras monumentales, como un templo, un pórtico columnado, tabernas, muros de aterrazamiento, etcétera. La ciudad se fundó en siglo I antes de Cristo y la ubicación del teatro, debajo del castillo medieval y Monumento Histórico-Artístico, la convierten en un espacio sorprendente. El teatro es lo que ha determinado la ubicación de la ciudad romana de Metellinum. Recientemente, Valentín Pozo Torres, alcalde de Medellín, solicitó al Ministerio de Cultura y Deportes y a la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes una propuesta de actuaciones de mejora en el yacimiento arqueológico de la localidad. También es sede del Festival de Mérida.

La selección de espacios romanos en Extremadura finaliza con Regina, en Casas de Reina, que también acoge obras del festival emeritense en verano. Recientemente, los trabajos desarrollados por los arqueólogos de las Universidades de Marburg, Viena y Cantabria en el yacimiento de la ciudad romana de Regina, en Casas de Reina han sacado a la superficie una edificación con un importante número de ánforas utilizadas para transportar salazones de pescado que datan del siglo II después de Cristo. Un descubrimiento que ha sorprendido a los propios investigadores en tanto que pone de relieve un «intenso flujo comercial» entre esta ciudad y el sur de Hispania. A principios de septiembre arqueólogos de las universidades de Viena y Marburg volvieron a Regina para continuar con el proyecto internacional que, en colaboración con la Universidad de Cantabria, pretende conocer detalles en relación al perímetro de la ciudad y al territorio que controlaba la antigua urbe romana.

Buscando los límites de la trama urbana por la zona sureste, los arqueólogos llevaron a cabo un sondeo de 4 por 7 metros tras detectar la pasada campaña interesantes anomalías en el terreno por medio de la resistividad eléctrica.

Dada la ubicación y los resultados de intervenciones arqueológicas precedentes, se esperaba localizar estructuras de delimitación perimetral como una muralla o un foso defensivo, informan desde la asociación Regina Turdulorum en nota de prensa.

Con el avance de las excavaciones ha ido aflorando muros de «notables dimensiones» que pertenecieron a una edificación de naturaleza aún desconocida. Con el paso de los días y el avance de los trabajos se fueron encontrando respuestas a las dudas que generaban dichas estructuras.

«Ha sido un descubrimiento sorprendente» apunta Felix Teichner, profesor de la Universidad de Marburg (Alemania), en relación a este conjunto de ánforas de salazones de pescado que se podrían datar en el siglo II dC y que se cree que procederían del sur de Hispania, en concreto de la zona gaditana. Estos hallazgos desvelan la «importante relación comercial» de una ciudad de interior como es Regina con las zonas costeras del sur.

Ahora toca analizar los restos encontrados, cronología exacta y tipología de las ánforas y demás restos que se han exhumado, para saber si se trata de un almacén o una taberna situada en los límites de la ciudad. Una vez se tengan las conclusiones los investigadores plantearán una hipótesis más definida sobre la naturaleza del edificio.