en ruta por extremadura

Los cinco pueblos más extraordinarios de Extremadura que no te puedes perder

La revista Viajar de Prensa Ibérica describe la belleza de estas localidades extremeñas

Bienvenidas vacaciones. Con este mantra arranca para el viajero las próximas fechas. Los encantos de Extremadura siguen atrayendo y se convierten en el mejor atractivo para los visitantes. Por ellos, las publicaciones especializadas en viajes centran su atención en la comunidad autónoma. Este es el caso de la revista Viajar, que ha seleccionado los cinco pueblos más bonito de la provincia de Cáceres.

Estos son a su juicio:

Trujillo

Trujillo ha sido nombrado recientemente el pueblo español más bonito para visitar en abril por National Geographic. Se trata de un pueblo con mucho encanto para visitar. Según la revista Viajar, Trujillo cuenta con una plaza Mayor considerada como una de las más bonitas de España por sus fachadas y soportales. Otra joya es el palacio del Marqués de la Conquista que dispone de un balcón esquinado. Sin desdeñar el palacio de Carvajal de Vargas con su fachada renacentista.

Trujillo ha sido uno de los escenarios de Juego de tronos y el castillo trujillano su epicentro, en que se han rodado batallas.

Cuacos de Yuste

Destino ideal para aquellos que prefieren el turismo cultural. Declarado Bien de Interés Cultural, la localidad tiene un conjunto histórico en el que destaca el Monasterio de Yuste, lugar en el que el emperador Carlos I de España residió durante un año y murió en 1558. Además del monasterio, la localidad cuenta con la arquitectura típica del norte de la provincia, casas de mampostería y adobe; y unas calles y plazas llenas de encanto, como la plaza Mayor y la plaza de Juan de Austria. También se encuentra el único cementerio de soldados alemanes de la geografía española, con 180 lápidas que rinden homenaje a los militares germanos caídos en territorio español durante las guerras mundiales. La gastronomía de la comarca también destaca, se pueden degustar, por ejemplo, atún encebollado con, el ingrediente por excelencia de la zona, pimentón de la Vera; o un delicioso plato de prueba de cerdo.

Plasencia

La revista de Prensa Ibérica destaca de la capital del Jerte sus dos catedrales y su patrimonio arquitectónico religioso. La Catedral de Santa María se declaró Bien de Interés Cultural y se construyó entre los siglos XIII y XV. Mezcla los estilos románico y gótico. La otra seo se erigió a finales del siglo XV y destaca por sus portadas platerescas y el sepulcro del obispo Ponce de León.

Viajar también subraya la muralla, levantada en el siglo XII, y que se conformaba con torreones de los que se conservan actualmente 26.

Alcántara

De esta localidad cacereña sobresalen el conventual de San Benito y el puente romano de Alcántara. El primero se construyó en el siglo XVI con la mezcolanza de tres estilos arquitectónicos, aunque su claustro es gótico. La iglesia destaca por las dimensiones de sus naves y sus bóvedas. En ella se puede admirar la galería de Carlos XV, de estilo renacentista.

En cuanto al puente, pertenece a la época de Trajano y data del año 85 después de Cristo. Se compone de cinco pilares y seis arcos de medio punto. Se sigue utilizando para cruzar las dos orillas del Tajo, tanto por peatones como por vehículos.

Robledillo de Gata

Situado cerca de Las Hurdes y en plena Sierra de Gata. Cuenta con un conjunto histórico declarado de interés cultural en 1994. Sus construcciones trazan un paisaje singular y dispar, en el que los materiales rústicos, la pizarra, el barro, la madera de castaño y roble marcan una tendencia arquitectónica exclusivas de las poblaciones serranas. Estas se hallan enmarcadas en una naturaleza agreste y el agua que rodea la población.

Robledillo de Gata hay que pasearlo, hay que vivirlo y disfrutarlo. El deleite máximo se encuentra en el trazado de su casco histórico, en el que ningún rincón se escapa a la admiración. A él se suma el molino del medio. Se trata de un antiguo molino de aceite perfectamente conservado. En él puedes descubrir los entresijos de su mecanismo para mover el agua, su maquinaria y las herramientas.

A estas delicias arquitectónicas se une la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Data del siglo XVI. Su singularidad se hallar su atípico planta hexagonal, su gran pórtico de rueda y una sacristía con artesonado mudéjar.