El grueso de la campaña de cosecha de cereales de invierno (trigo, cebada, avena o triticale) comenzará, si el tiempo no lo impide con nuevas lluvias, en apenas unas semanas y lo hará con unas previsiones de producción mucho peores de lo que la buena climatología que se ha registrado estos últimos meses hubiese permitido en otras circunstancias. Porque el tiempo ha acompañado a estos cultivos, con un invierno seco y una primavera muy lluviosa, pero la incidencia de diferentes plagas va a mermar sensiblemente los rendimientos en buena parte de la superficie cultivada en la comunidad autónoma. Desde UPA-UCE se estima que la cantidad recogida será finalmente "en torno a un 20% o un 25% de la cosecha potencial", aunque puede haber mucha variación "dependiendo de las zonas y de cada cereal", indica José Cruz, responsable de Agricultura de esta organización. Luis Salguero, vicepresidente de Apag Extremadura Asaja y presidente de su sectorial de cereales, lamenta que en La Campiña Sur, la comarca cerealística por excelencia en la región, tras haber pasado por "la mejor primavera de los últimos cincuenta años" se vaya a obtener "una de las peores cosechas" en ese mismo periodo de tiempo. Algo más positiva es la predicción de Juan Moreno, presidente de COAG Extremadura, quien considera que, "salvo excepciones por ataques del gusano de alambre y la roya, principalmente en parcelas de trigo, será una buena campaña" en términos de producción, aunque estará marcada por el aumento de costes y precios escasos.

Desde Cooperativas Agro-alimentarias de España se calcula que la producción de cereales en la comunidad autónoma --incluido el maíz-- será este año de algo más de un millón de toneladas, un 4,7% por encima del 2015, pero una cifra que está muy lejos del 26% de incremento que se pronostica para el conjunto del país. En la comunidad autónoma, las estimaciones de las cooperativas son de 232.500 toneladas de trigo blando, 19.500 de trigo duro, 167.125 de cebada, 99.000 de avena, 48.000 de triticale y 500 de centeno.

En Extremadura hay unas 200.000 hectáreas cultivadas con cereales de invierno, cuya recogida se irá efectuando hasta finales del mes de julio. Aproximadamente la mitad de ellas están repartidas por diferentes zonas de la región, como Los Llanos de Olivenza, La Serena o Trujillo, entre otras. La otra mitad está en La Campiña Sur, donde explica

Luis Salguero, "no habíamos hecho más que terminar de sembrar y empezaron las plagas". En primer lugar, enumera, fue el gusano de alambre, una larva que empieza atacando a la semilla para pasar luego a las plantas jóvenes. "El daño fue considerable, hizo que las parcelas se quedasen con muy pocas plantas nacidas", asegura. Después de eso vinieron los hongos -- la roya o la septoria--, los pulgones y las malas hierbas, "que se han hecho resistentes a los productos fitosanitarios".

"Hay una gran parte de las parcelas que se están cortando a precio cero para transformarlas en alimentación animal. Lo estamos dando gratis con tal de que se lo lleven, porque como no ha quedado cultivo, y con la primavera que hemos tenido, las malas hierbas se han apoderado de las parcelas", cuenta. Así las cosas, desde Apag se estima que el rendimiento por hectárea, que en condiciones normales podía haber sido de "en torno a los 5.000 o 5.500 kilogramos", con un "cosechón bárbaro", puede acabar en los 2.000 kilogramos "y quizás sea pasarse". A nivel regional, Salguero cree que la producción podrá moverse en los mismos números que el año pasado "o quizás algo mejor", ya que en otras zonas de la región donde, aunque sea en mucha menor medida, también se cultivan cereales, como "La Serena, Tierra de Barros o en los alrededores de Badajoz, puede haber una cosecha tremenda".

José Cruz, de UPA-UCE reconoce que la lluvia "ha sido buenísima", pero también subraya que cuando las precipitaciones han llegado había "una parte del daño que era ya absolutamente irreparable". Vaticina que la cosecha va a ser "normal" en cantidades, aunque matiza que "hasta que no entremos con las máquinas no sabremos realmente lo que hay". De la misma forma, resalta que el balance va a cambiar mucho dependiendo de las comarcas, del cereal del que se trate y del tipo de tierra, un factor, precisa, "determinante".

COSTES DE PRODUCCION Por su parte, Juan Moreno, de COAG, sostiene que, "si no hubiese sido por las enfermedades, estaríamos hablando de una cosecha extraordinaria", gracias a la climatología favorable que se ha tenido en los últimos meses. Igualmente, hace hincapié "en los altos costes de producción" en los que ha habido que incurrir "debido a estos parásitos que han atacado al cereal, porque ha habido que dar dos y tres tratamientos" a los cultivos. Una cuestión especialmente trascendente, arguye, una vez que "llevamos unos cuantos años ya con bajadas de precios", por lo que los márgenes se reducirán todavía más. "Cuando llegan las campañas los precios no corresponden con los incrementos de lo que se necesita para producir los cereales: los abonos, los tratamientos...", coincide José Cruz. La muy buena cosecha que se prevé a nivel mundial tampoco parece que vaya a ayudar a mantener el nivel de precios. "El de los cereales es un sector que está viviendo un ciclo bastante complicado, sobre todo por el tema de los precios", apostilla.

Extremadura supone un 4,7% de la producción nacional de cereales de invierno y maíz, conforme a los datos de Cooperativas Agro-alimentarias. A la cabeza del sector está Castilla y León, con un 36,6%, muy por encima de Castilla-La Mancha, con un 17,2%, y Aragón, con un 15%. A continuación aparecen Andalucía, con un 9,1% de la cosecha prevista para esta campaña, y Cataluña, con un 6%.