Las barras reviven

El fin de las restricciones alivia al sector hostelero aunque cree que la «normalidad» será progresiva. El buen tiempo aún llena más terrazas que interiores, mientras el ocio nocturno asiste a su despertar

Sonia Sofía Alves,  Ismael Jarque (arriba) Julio Pérez e Isabel Martín (abajo), ayer en sus negocios.

Sonia Sofía Alves, Ismael Jarque (arriba) Julio Pérez e Isabel Martín (abajo), ayer en sus negocios. / S. GARCÍA/ TONI GUDIEL/ EL PERÍODICO/ SILVIA S. F.

El fin de las restricciones en la hostelería es para el sector el balón de oxígeno que llevan tiempo demandando, aunque asuman de forma generalizada que la mayor parte de la clientela tardará en volver a los hábitos de consumo previos a la pandemia y que la verdadera vuelta a la «normalidad» va a ser en realidad algo progresivo, lento y muy condicionado por la confianza que los locales sean capaces de transmitir para retornar a los clientes al interior y con ello también a los elementos que son la seña de identidad de muchos bares y cafeterías: las barras. 

Desde el pasado jueves vuelve a estar autorizado su uso al quedar desactivadas todas las medidas del nivel de alerta 1 y el semáforo covid (sí continúa el uso obligatorio de la mascarilla, la distancia de 1,5 metros, además de las medidas de higiene como el lavado de manos). Otra cosa es que tras más de año y medio de pandemia y limitaciones muy estrictas en los interiores de los locales, persistan algunas reticencias a abandonar las terrazas que hasta ahora han mantenido casi en exclusiva la actividad de muchos negocios. Ayer viernes, día de tapeo por excelencia, las terrazas seguían dominando la actividad de la hostelería salvo algunas excepciones. El buen tiempo también contribuye.

Tras más de año y medio de pandemia hay reticencias a volver a interiores

«La gente va a priorizar ahora el estar en las terrazas porque es donde se siente más cómoda y más segura, pero en cuanto llegue el frío, acabará entrando en el interior de los locales», aventura Antonio Martínez, el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Extremadura. En todo caso concede que donde más impacto va a tener la vuelta de las barras es en los locales más pequeños y en la hostelería rural. «Hay negocios de ese tipo que estaban sufriendo mucho sin poder tener la barra porque aguantaban con un par de mesas altas. El problema es que para muchos de esos sitios a lo mejor es tarde», asume el empresario, que se muestra aun así optimista: «La gente está en un boom general de consumo, no solo en la hostelería sino en muchos más ámbitos, pero no sabemos hasta cuándo se va a mantener y hasta qué punto se va poder beneficiar el sector. En las últimas semanas se nota más alegría en el consumo, pero en la calle», insiste. 

Desde agosto

El uso de las barras no estaba permitido desde que el pasado 1 de agosto Extremadura retrocediera al nivel de alerta 2 por el incremento de los casos de covid y el aumento de la presión hospitalaria. La vuelta a la actividad apenas había durado entonces un mes y medio tras el cerrojazo que se dio a este elemento por el endurecimiento de las medidas a raíz del fracaso del plan de Navidad y una tercera ola desbocada, a la que siguió el plan de vacunación y el celo que se puso para proteger que la incidencia se pudiera descontrolar hasta límites que dieran al traste con él. Hasta mediados de junio, no se volvieron a permitir. Y fue por poco tiempo.

 La elevada tasa de vacunación a estas alturas en la región (el 91,9% de la población diana en la región tiene ya la pauta completa, lo que supone que 81,9% de los extremeños están vacunados frente al covid porque aún faltan los menores de 12 años) es uno de los elementos a los que se aferran los hosteleros para confiar en que la senda hacia la normalidad, aunque sea lenta, será más segura y con menos posibilidades de retrocesos. «Es pronto para hacer balance de la respuesta a la eliminación de las restricciones, pero hay mucho optimismo», apunta también Manuel Moreno, de la confederación empresarial de Turismo de Extremadura (CETEX). Aun así, la duda de nuevo es si la clientela se animará a sentarse, no ya en la barra, sino dentro del local («mi impresión es que de momento no va a entrar con la alegría que entraba antes») y plantea la «cautela» como el camino más seguro: «somos los primeros interesados en ir poco a poco y en seguir todas las recomendaciones que nos plantean», apunta. 

No hay restricciones, pero el consejero José María Vergeles sí ha insistido esta semana por un lado en la responsabilidad individual, y por otro en una serie de recomendaciones al ocio: que el aforo se limite al 80% y que no haya más de 10 comensales por mesa, tanto en el interior como en las terrazas.  

Optimismo

«Tener un 80% es como tener un 100% y, salvo excepciones, la mayoría de los locales no llegan a esas cifras ni un fin de semana», dice Antonio Martínez, que también coincide en el límite de 10 comensales como una cifra que da mucho margen a todos los establecimientos. Aun así la casuística de los locales es tan diversa (según su tamaño y si disponen o no de espacio para terraza) que lo previsible es que cada uno afronte esta nueva etapa según sus recursos: «Hay establecimientos que van a llegar al 100% del aforo, y van a apostar por poner en marcha las barras porque estaban esperando a poder tener las barras para poder abrir. Pero el hecho de que cada uno pueda hacerlo de una manera u otra, va condicionar al público. No vamos a ver los establecimientos llenos», apunta José Parodi, portavoz de Fexbares, la asociación que aglutina a los bares y restaurantes. También apuesta porque la vuelta a la normalidad va ser poco a poco y entiende que los avances se irán sucediendo a medida que «ese temor que pueda tener una parte de la sociedad vaya desapareciendo». 

«Ni se nos pasa por la cabeza que pueda haber una nueva vuelta atrás. Solo lo entenderíamos ante el fracaso de la vacuna, aunque ya está demostrado que la vacuna funciona. La única sorpresa puede venir por la efectividad, que se vaya perdiendo y no se tomen medidas antes de que sea tarde con otras vacunaciones o medidas», plantea. 

El hostelero también resalta que se insista en la responsabilidad individual: «La distancia de metro y medio se debe guardar en la vida en general, no solo al entrar a un bar», apostilla Parodi. Recuerda las restricciones de 4 y 6 comensales que han llegado a tener y que siempre cuestionaron: «No tenían sentido, porque llegaba un grupo de ocho amigos juntos, los separabas al entrar al local y después se iban todos juntos de nuevo». 

El ocio nocturno despierta

«Estos do días sin limitación estamos respirando por fin. Por lo que he podido hablar con otros compañeros, todos coincidimos en que es una gran satisfacción y tener el bar lleno y en tu horario», celebra Juan Miguel Olmeda, empresario del ocio nocturno al frente de varios locales, entre ellos Velvet en Cáceres. El fin de las restricciones implica que cada establecimiento puede trabajar dentro de los límites que marca su licencia y los más beneficiados por ese aspecto son los locales de ocio nocturno, que además de recuperar la barra también pueden tener ya también en marcha la pista de baile, con las mismas recomendaciones de aforo (al 80%) y las restricciones vigentes en cuanto a mascarilla y distancia. 

Los locales de copas celebran el regreso a su horario y con las pistas de baile

«Somos los primeros que queremos ser prudentes, porque lo hemos pasado tan mal, que no queremos dar un paso adelante y dos atrás ahora. Pero es cierto que al tratarse de recomendaciones, cuesta más hacerlas cumplir», explica.  

Junto a eso, Parodi cree que habrá una vuelta a dos velocidades: «el aguante de una persona joven, que está saturada ya y quiere retomar su vida hará que los establecimientos destinados al público joven vuelvan más rápido», mientras que en los que están dirigidos a un público más maduro, «todo va a ser más poco a poco».

Recomendaciones

Desde el día 30 de septiembre no hay restricciones, pero sí recomendaciones como no agotar el aforo máximo permitido (se aconseja n superar el 80%) o que no se superen los 10 comensales por mesa.

Mascarilla y distancia

Sigue siendo obligatorio el uso de la mascarilla en interiores y en el exterior si no hay 1,5 metros entre no convivientes. En ambos casos lo regula una ley de ámbito nacional.