La empresa pública Tragsa retomará en noviembre las obras del regadío de Monterrubio de la Serena, que si no hay nuevos contratiempos deberá estar listas en febrero de 2024. El proyecto contempla la transformación de 1.200 hectáreas de olivar y cultivos leñosos para mejorar los rendimientos de unos 300 agricultores de la zona. Tras dos décadas de espera las obras arrancaron en octubre de 2020, pero se paralizaron en febrero de este año después de que la empresa adjudicataria solicitara una modificación del contrato que finalmente ha derivado en su resolución. El nuevo plazo de ejecución es de 15 meses y la inversión prevista de 17,5 millones de euros.
Ante la situación en la que se encuentran las obras, "a medio ejecutar", la Consejería de Agricultura ha optado por actuar con medios propios para "garantizar que esas obras se hagan y evitar la ruina de lo ya ejecutado". De ahí el encargo a Tragsa en lugar de una nueva licitación pública, para retomar los trabajos "con la máxima celeridad y a sabiendas de que es un proyecto muy importante", ha explicado el portavoz del Ejecutivo, Juan Antonio González.
El Consejo de Gobierno ha aprobado este miércoles el encargo de los trabajos a Tragsa por 17,5 millones de euros y la adenda y prórroga del convenio con la Comunidad de Regantes Valle del Zújar. De esos 17,5 millones de euros, la Junta aporta 14,2 (de ellos 12,3 con cargo a los fondos Feader de la Unión Europea) y la comunidad de regantes los 3,3 millones restantes. El convenio prorrogado tendrá vigencia hasta el 31 de enero de 2024, tiempo que se considera necesario para finalizar en su totalidad las obras del proyecto. Se dispone de un plazo de ejecución de 15 meses desde noviembre de 2022, fecha prevista de inicio.
Más de 700 parcelas
Tras dos décadas de espera, las obras para transformar al regadío 1.200 hectáreas en Monterrubio salieron a licitación en noviembre del año 2019, resultando adjudicataria la Unión Temporal de Empresas (UTE) Majoin-Ortiz por 13,5 millones de euros, una rebaja de casi el 24% sobre el tipo de licitación. Los trabajos se iniciaron en octubre de 2020, pero en febrero de 2022 la adjudicataria solicitó una modificación del contrato. La obra se paralizó y finalmente, ocho meses después, desiste de llevar a término el contrato.
"La empresa pide una serie de cuestiones a las que la Junta no puede llegar y porque hay una licitación pública, desiste. Porque no le salen las cuentas o por sus motivos particulares", ha explicado González en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
Según las estimaciones de la Junta, la transformación de las 1.200 hectáreas beneficiará a más de 700 parcelas y un total de 311 agricultores de la zona de Monterrubio de la Serena que llevan esperando desde el año 2003 que este proyecto sea una realidad. Estas nuevas hectáreas de regadío se dedicarán fundamentalmente al olivar y en menor medida también a otros cultivos como el almendro o el pistacho.
Entre los beneficios de la nueva extensión de regadío, los agricultores destacan la posibilidad de garantizar producciones más estables y evitar «la vecería», que es un problema habitual en las producciones de olivar que alterna años de producción abundante con otros muy mermadas y que está demostrado que se puede evitar con pautas de poda y riego.
El funcionamiento previsto es a demanda del regante y con el fin de optimizar el sistema hidráulico se dispondrá de un sistema de control y telemando de las infraestructuras desde el polígono industrial de Monterrubio. El objetivo es aprovechar al máximo los recursos locales en arroyos de cabecera con el apoyo puntual de una toma en el río Zújar para los inviernos secos. De esta forma, se habilitarán dos balsas, una de más de 20 hectáreas y otra de seis.
