El camino de la descarbonización: Nuevas alternativas energéticas

Extremadura se lanza al ‘boom’ del hidrógeno verde

La región se posiciona en la carrera declarando estos proyectos de interés e impulsando la obra del ramal oeste de hidrogenoductos. El Grupo Cristian Lay está en el PERTE del hidrógeno y estudia si se podría usar en el futuro en la planta de Jerez de los Caballeros

Imagen grafico hidrógeno verde page 0001

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Extremadura ha tomado posiciones en el proceso de descarbonización en marcha que Europa ha decidido acelerar en este último año y que ahora sitúa al hidrógeno verde como una alternativa energética en un horizonte por debajo de una década. El hidrógeno renovable será una realidad en 2030 y los planes del Gobierno central incluyen la inversión hasta entonces de 8.900 millones para impulsar su producción y contribuir a que se materialicen los proyectos en torno a esta energía, según ha apuntado en las últimas semanas la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. 

España en estos momentos acapara el 20% de los proyectos relacionados con el hidrógeno renovable (solo por detrás de Estados Unidos con el 51%) y Extremadura busca ahora atraer inversiones colocando sobre la mesa un marco único para explotar el hidrógeno, anclado en la potencia renovable ya instalada en la región (la región dispone de más de 5.000 megavatios de potencia instalada al cierre de 2022, con un ritmo de crecimiento del 33% anual) y el volumen de agua embalsada (alrededor del 40% de la península). Son los dos requisitos para producir el hidrógeno renovable, que se ha situado como protagonista de la descarbonización a medio plazo por su alto poder energético, su versatilidad y una huella nula de carbono puesto que el único residuo que genera es el vapor de agua. Esas son las claves del interés que despierta este recurso y vector energético que, eso sí, aún está en desarrollo.

El agua que hay embalsada en Extremadura y la potencia de renovables instalada dan ventaja a la región

«Extremadura tiene todo para convertirse en una potencia en hidrógeno verde. Pero tenemos que ser capaces de manejar ese recurso, ser los primeros y no perder la oportunidad», asegura Fernando López, doctor en Ingeniería Industrial y catedrático de la Universidad de Extremadura (UEx). 

70 millones de toneladas

Según los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), actualmente se consumen en el mundo unos 70 millones de toneladas de hidrógeno, aunque generadas a partir del carbón o el gas natural. El objetivo es sustituirlo por hidrógeno renovable, aunque es cierto que la tecnología debe perfeccionarse aún: «Tiene que progresar mucho para ser el vector que todos esperamos que sea, pero lo está haciendo. Se avanza cada día en los procesos y en abaratarlos», asegura el experto. Uno de los problemas, de momento, es que el proceso de electrólisis por el que se genera aún tiene muchas pérdidas, lo que acaba encareciéndolo. 

Imagen VIAS HIDROGENO

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Pero su interés no se cuestiona porque ya se ha comprobado, por ejemplo, que el hidrógeno puede tener un almacenamiento ilimitado, que se puede producir de nuevo sacándolo de la batería «y que un litro de hidrógeno tiene tres veces la potencia de un litro de gasolina, lo que hace que sea muy atractivo para los vehículos pesados, que son además los que más emisiones generan», dice también Tomás González, integrante de la Agrupación Europea de Interés Económico SOI H2 -ALEX, una entidad público-privada que actúa como lobby y que está centrada en el desarrollo interregional socioeconómico, industrial, energético, medioambiental y tecnológico del territorio ALEX (Alentejo y Extremadura) y de todo el Sudoeste Ibérico a través del hidrógeno verde. Dentro de este colectivo están la asociación empresarial Loabre, el Clúster en Movilidad Eléctrica y también la empresa Talgo, que trabaja ya en un tren de hidrógeno que hará las primeras pruebas en Extremadura a lo largo de 2023.                  

«Se va avanzando rápido y en dos o tres años puede estar ya definido por completo el procedimiento para producir el hidrógeno verde en unos costes razonables. Y en diez años puede estar plenamente instalado», dice Fernando López sobre el recorrido por delante de este recurso renovable.

Ese calendario es el que se contempla en Europa y con el que trabaja España, con el trasfondo en ambos casos de una crisis energética que ha llevado a decidir acortar en una década el horizonte de cero emisiones: de 2050 a 2040. El país aspira a convertirse en el gran productor europeo y Extremadura aspira a liderar la producción nacional. 

«Hay que trabajar por que Extremadura sea un ‘valle del hidrógeno’: que lo produzca y lo consuma»

Fernando López

— Doctor en Ingeniería Industrial

Los plazos que marcó esta semana el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, sitúan en 2030 la generación en la región del 20% del hidrógeno verde de España: unos tres gigavatios (GW) de los 16 que se estima que se producirán en la península entonces. Las previsiones de inversión de los proyectos ligados rondan los 10.000 millones de euros, con 2.500 empleos directos y más de 20.000 indirectos, según los cálculos que dio Vara. Lo cierto es que las previsiones lanzadas esta semana por Enagás también sitúan a la región a la cabeza en la generación de hidrógeno en la próxima década, aunque no será una gran consumidora.

Para el catedrático «liderar la producción debe ser el objetivo». «Pero hay que trabajar por que Extremadura se convierta en un valle del hidrógeno, en línea a con los que ya existe en Andalucía o el País Vasco», expresa. Eso supone no solo que la región genere el hidrógeno que permitirá abastecer a otras zonas deficitarias, «sino que también se consuma en Extremadura», recalca.

Persiguiendo ambos objetivos se trabaja desde 2021 en Extremadura. Fue entonces cuando se constituyó la Mesa del Hidrógeno Verde, con representantes de la administración, la investigación y el sector empresarial para propiciar el desarrollo de una industria en torno a este vector. Entre los integrantes están la consejería para la Transición Ecológica, la Universidad de Extremadura (UEx) y también el Clúster de la Movilidad Eléctrica, al que está ligado Tomás González. Sitúa esa mesa como el paso «clave» de la apuesta que la región ha ido construyendo en torno a este recurso. «No puede ser solo plantar instalaciones fotovoltaicas. Hay que atraer industria que enraíce en Extremadura y en eso estamos trabajando desde 2019 en torno al hidrógeno verde», advierte.

Cuando se constituyó esa mesa ya se contaba con la ventaja que podía suponer el avance de la región por las renovables y la existencia de una conducción de gas que atravesaba de sur a norte la comunidad siguiendo el trazado de la Vía de la Plata. Ese mismo trazado es el que ahora se plantea como uno de los futuros corredores de hidrogenoductos en la Península, que permitirá llevar el hidrógeno a Portugal y también a Francia a través de un conducto submarino (el H2med) que pactaron a finales de año los gobiernos español y francés; y de ahí a centroeuropa, especialmente a Alemania, que tiene una elevada dependencia del gas al que aspira a sustituir el hidrógeno verde.

De Extremadura a Marsella

Esa infraestructura internacional es la que ha propiciado el gran impulso al desarrollo del hidrógeno verde que trata de aprovechar Extremadura con ese horizonte de 2030. Con esos plazos como trasfondo se han dado pasos también en las últimas semanas para atraer las miradas a la región: un decreto ley por el que se declaran de interés general todos los proyectos ligados al hidrógeno verde, y un memorando que trata de impulsar la ejecución de ese corredor oeste, que va de Huelva a Cantabria y atraviesa Extremadura de sur a norte a lo largo de 420 kilómetros, según los datos de la empresa Enagás, operador de infraestructuras energéticas y gestor de redes de transporte de gas natural y gases renovables. 

Imagen grafico hidrógeno verde page 0001

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La compañía acaba de presentar esta semana sus dos primeros ejes de la red troncal española de hidrógeno, y uno de ellos es el Vía de la Plata que atraviesa la comunidad y conecta con el valle de hidrógeno de Puertollano. El otro es el eje de la Cornisa Cantábrica que llega a Cataluña, y enlaza con el del Levante.

Esta red supondrá una inversión de más de 4.500 millones y contará con ayudas europeas pendientes aún de asignación. La empresa ha anunciado además que a lo largo de este año lanzará una iniciativa destinada a localizar proyectos de interés en el trazado del hidrogenoducto de la Vía de la Plata, cuya ejecución costará más de 1.800 millones. «Esto supone un paso más para que el hidrógeno renovable sea una realidad», recalcó el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo.

Pero la nueva carrera abierta por el hidrógeno verde no gusta a los ecologistas, más por las formas que por el fondo: «Se pensó primero que el litio era la salvación y ahora ven que no es la panacea y que el hidrógeno verde es una forma de mantener el negocio», dice Juan Carlos Giraldo, delegado de Ecologistas en Acción en Extremadura. La cuestión que plantea es: «Para qué vamos a producir el hidrógeno verde o para quién»; y la conclusión a la que llega: «Vamos a exportarle el hidrógeno renovable a Alemania y eso nos va a convertir en exportadores de la materia prima, a base de que exploten nuestros recursos naturales y de espaldas a nuestros recursos endógenos». «Vamos al modelo que demanda Alemania, no el que demanda Extremadura», cuestiona.

Apuesta en Cristian Lay

Pero el nuevo vector energético está despertando el interés de las empresas con industrias en marcha en la región o iniciativas en ciernes. Entre los proyectos que se han anunciado como consumidores está la planta de procesado que se plantea vinculada a la mina de litio de Extremadura New Energies en Cáceres.

También exploran las posibilidades dentro del grupo industrial Cristian Lay, que se ha ligado a Enagás a través de la empresa Enalter, para trabajar en su desarrollo. Van de la mano en un proyecto que está dentro del PERTE del hidrógeno, pero paralelamente el grupo estudia la viabilidad de que se utilice como recurso energético en algunas de sus empresas en el futuro. «El proyecto tiene que ir madurando y el momento de hablar de detalles es cuando haya más certezas», recalca David Aguilera, director corporativo de Energía de CL Grupo Industrial y director general de Gas Extremadura. Esa propuesta estaría destinada a la producción de hidrógeno para la industria química de Tarragona, pero se trata de «realidades a largo plazo». «El hidrógeno es algo que vemos como una solución, pero no en los plazos más inmediatos», insiste. 

«Uno de los vectores energéticos que estamos trabajando es la producción de hidrógeno en el futuro»

David Aguilera

— Grupo Cristian Lay

En Extremadura la industria con mayor consumo de energía del grupo es siderúrgica Balboa, en Jerez de los Caballeros. De momento estudian soluciones para descarbonizarla «y lo más inmediato es aplicar medidas de monitorización y eficiencia energética». Pero Aguilera asume también que «uno de los vectores es la producción en el futuro de hidrógeno», aunque «eso será cuando la rentabilidad de la instalación y la sustitución de otras energías por hidrógeno sea viable», puntualiza. Eso será cuando se solventen los problemas técnicos y el alto coste que ahora lastran al hidrógeno renovable; porque al contrario que otras industrias, la siderurgia no consume hidrógeno en su proceso productivo, por lo que el uso estaría únicamente ligado a fines energéticos. 

«Esos fines van a estar marcados por los costes de producción y por las alternativas al hidrógeno que haya en cada momento. Que el desarrollo de la tecnología esté a precio competitivo y que la aplicación nos garantice la continuidad, el buen funcionamiento y la calidad del producto. Por eso no haremos proyectos ligados a ayudas, sino cuando veamos que es el momento», zanja.

El centro ibérico de almacenamiento energético: un referente internacional en renovables

El Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético (CIIAE) es una infraestructura clave en la carrera de Extremadura para convertirse en una referencia internacional en renovables, más allá de su potencia instalada. Esta instalación, en la que el Ministerio de Ciencia invertirá en Cáceres 74,5 millones para la primera fase, formará parte de los centros de excelencia destinados a estudiar soluciones para buscar formas de almacenar la energía de fuentes renovables que son intermitentes, con el fin de que se puedan usar cuando lo requieran los ciudadanos y la industria.

El hidrógeno verde será precisamente la gran área de investigación del CIIAE: buscar soluciones para convertirse en vector para su transporte y transformarse después en combustible o electricidad. El contexto internacional derivado de la pandemia y más aún de la guerra de Ucrania han impulsado la relevancia de este centro en el camino hacia la descarbonización.

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