La salud mental entra en el instituto

La pandemia de covid ha provocado un aumento de hasta el 47% en los trastornos de salud mental en los menores. Lo dice la Asociación Española de Pediatría, que alerta del deterioro psicológico de los niños y adolescentes en España. «En la actualidad, los adolescentes presentan más ansiedad, síntomas depresivos, autolesiones y conductas suicidas», precisa el trabajo de un grupo de trabajo multidisciplinar de la Sociedad de Psiquiatría Infantil. 

El problema ha vuelto a la agenda social después de que hace poco más de un mes dos gemelas se precipitaran desde un tercer piso en una localidad de Barcelona, una de ellas falleció en el acto y la otra continúa grave. Familiares y vecinos aseguran que las niñas sufrían acoso en el instituto. En Extremadura, en solo una semana han salido a la luz dos presuntos casos de bullying en institutos de Mérida y en Navalvillar de Pela, que se están investigando. Y según el balance del curso pasado, los casos de bullying y la conflictividad en las aulas extremeñas tras la pandemia: en 2022 hubo 89 denuncias por acoso escolar y se constataron 14 casos. Porque lo que recogen los medios de comunicación es solo la punta del iceberg de una problemática de la que afortunadamente, y gracias también a la pandemia, se habla cada día más. 

Crecen los casos de 'bullying' y la conflictividad en las aulas extremeñas tras la pandemia

Prueba de ello es que desde este último trimestre del curso se va a empezar a abordar la salud mental de una manera directa y sin tabúes en los centros educativos extremeños, y especialmente en los institutos, donde están los alumnos con las edades más conflictivas. Así lo indican las estadísticas. Educación no contabiliza datos oficiales sobre suicidios en adolescentes, pero según el Instituto Nacional de Estadística (INE) durante el año pasado se registraron en la región dos suicidios entre jóvenes de 15 a 19 años. No hubo ninguno en edades inferiores. También hablan los estudios sobre que la adolescencia es la edad más compleja desde el punto de vista de la salud mental. «Hay informes internacionales que dicen que el 50% de los problemas de salud mental en los adultos comienzan antes de los 15 años y el 75% antes de los 18 años», señala el secretario general de Educación, Francisco Javier Amaya.

Pasar a la acción

Bajo esta premisa, la Consejería de Educación y Empleo, en colaboración con el Colegio de Psicólogos de Extremadura, va a crear dos equipos de psicólogos, con seis profesionales cada uno, que prestará especial atención a la salud mental de los alumnos. Habrá un equipo por cada provincia y servirán de enlace directo con el sistema sanitario ante la sospecha o detección de conductas lesivas, autolíticas o suicidas entre el estudiantado. Empezarán a funcionar previsiblemente este mes de abril con los alumnos de 2º y 4º de ESO, los de 13 y 15 años, «dos cursos clave», y continuarán el próximo año académico. 

Desde este mes de abril se empezará a actuar con dos cursos clave: 2º y 4º de ESO

El plan consta de dos líneas, una enfocada a la prevención, que llegará en este último trimestre a 20 institutos extremeños ya seleccionados porque en ellos se ha constatado la presencia de alumnos con graves conductas. En estos centros se realizarán talleres tanto con los alumnos, como con las familias y los docentes. «Se trabajarán aspectos básicos de las competencias personales y sociales como la resiliencia, la tolerancia a la frustración, la autoestima, la propia identidad o el afrontamiento de situaciones de fracaso. Porque todos estos sentimientos y emociones están en el origen de prácticas lesivas o autolesiones físicas», detalla Amaya.

La segunda línea será la intervención directa de los psicólogos cuando se detecte algún caso y esta ya no se acotará a 20 institutos, sino que se intervendrá en todos aquellos centros en los que existan indicios o certezas de que un alumno se haya autolesionado o tiene una conducta autolítica. «La referencia será el director del centro, el equipo de orientación, el coordinador de bienestar que existe en cada centro o el educador social y serán estos nuevos equipos de psicólogos los que se encarguen de dar una primera intervención antes de la derivación directa a Sanidad». Y tras una situación así, los profesionales también trabajarán con el resto del grupo de alumnos afectado analizando las causas, fomentando la integración del estudiantes a su vuelta... 

Programa de acomodo emocional

Este nuevo plan de salud mental se incluye dentro de un programa de acomodo emocional en el que la consejería lleva trabajando desde el curso pasado en sintonía con la subdirección de Salud Mental del Servicio Extremeño de Salud (SES). En ese programa están implicado 500 docentes constituidos en 51 grupos de trabajo que tienen cuatro líneas básicas de actuación: el trabajo desde las tutorías, la realización de actividades de competencia emocional, la prevención de conductas suicidas (de hecho se publicó el año pasado la primera guía para la prevención e intervención en el suicidio) y la coordinación con los equipos de salud mental. 

«Ha llegado el momento de que se hable de la salud mental sin tabúes. Estas enfermedades siempre han sufrido un gran estigma social y desde el ámbito educativo no se han abordado con la suficiente relevancia»

Francisco Javier Amaya

— Secretario general de Educación

Pero lo que se busca ahora es ir un poco más allá. «Ha llegado el momento de que se hable de la salud mental sin tabúes. Estas enfermedades siempre han sufrido un gran estigma social y desde el ámbito educativo no se han abordado con la suficiente relevancia teniendo en cuenta las consecuencias que pueden tener. A veces tengo la sensación de que podríamos haberlo hecho antes, pero lo cierto es que la pandemia nos lo ha puesto de frente y que por fin no solamente en los centros educativos, sino también en la sociedad en general, podemos hablar de salud mental sin el estigma que ha tenido que padecer tradicionalmente», señala Amaya. 

A su juicio, con estos equipos se dará una respuesta adecuada a aquellos centros que en algunos momentos pueden sentirse sobrepasados. «A nadie se le escapa que aunque los centros tengan profesionales bien formados y competentes, es muy difícil enfrentarse a casos grave de conducta que implican agresividad física o conductas autolíticas», añade. De ahí la importancia de que sean profesionales acostumbrados a abordar estas situaciones los que se enfrente a ellas, «pero sin perder nunca el fin educativo y utilizándolos de conexión con las autoridades sanitarias cuando el caso lo requiera». 

Y como con la salud mental, Educación trabaja también en un nuevo decreto de igualdad y convivencia en el que se tratan cuestiones que antes no se abordaban de una manera tan clara y directa como la violencia entre iguales o la violencia sexual. «Lo que pretendemos es buscar el bienestar emocional de nuestro alumnado porque es clave para el desarrollo integral del alumno tanto en la esfera personal y social, como en la académica», concluye Amaya.

Suscríbete para seguir leyendo