300 PERSONAS FIRMAN UN MANIFIESTO

Ian Gibson y Paul Preston, contra la derogación de la memoria histórica

Rechazan el anuncio de PP y Vox de eliminar la ley, que forma parte del pacto de Gobierno

"A nadie debe «molestarle que saquemos a nuestros familiares de las cunetas y los enterremos dignamente", recuerdan en un manifiesto

Una imagen del Mirador de la Memoria, ubicado en la localidad de El Torno, en el Valle del Jerte.

Una imagen del Mirador de la Memoria, ubicado en la localidad de El Torno, en el Valle del Jerte. / EL PERIÓDICO

S. Rumbo / Europa Press

Ian Gibson, Paul Preston, Luis Landero, Nieves Concostrina y Jordi Évole se encuentran entre los firmantes de un manifiesto en el que se muestra un rechazo al anuncio de PP y Vox de derogar la Ley de Memoria Histórica de Extremadura. Es de hecho uno de los puntos del pacto de Gobierno firmado entre ambos partidos para investir presidenta a la popular María Guardiola. «Promoveremos la concordia y el respeto a la memoria de todos los extremeños y españoles. Ambas formaciones se comprometen a impulsar una nueva ley extremeña que sirva a la reconciliación y a la concordia real y que derogue la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura aprobada en 2018. La sociedad necesita acuerdos y normas de consenso, que no dividan en bandos, que no propicien la ruptura del pacto constitucional ni traten de moldear la historia para imponer una memoria parcial y sesgada», reza exactamente el punto número 48 de ese acuerdo.

Ahora las asociaciones que integran el movimiento de memoria histórica de Extremadura, una treintena, muestran su rechazo a la derogación de esta normativa y han presentado un manifiesto que cuenta ya con más de 300 adhesiones.

En el texto los firmantes manifiestan su «determinación rotunda de seguir impulsando desde la sociedad civil, desde el compromiso personal y colectivo y con el trabajo de las asociaciones, de la ciudadanía, de otros movimientos sociales y del resto de instituciones democráticas todas las iniciativas de recuperación de la memoria histórica de las extremeñas y de los extremeños».

Junto a los colectivos de memoria histórica de la región, suscriben el manifiesto más de un centenar de mujeres y hombres profesionales de la Historia, de la Antropología y de la Arqueología que han estudiado la II República, la Guerra y la represión franquista en Extremadura, como Justo Vila, Francisco Espinosa o Dulce Simões.

Víctimas del franquismo

Además, firman el texto varios colectivos de familiares de víctimas del franquismo y grupos ciudadanos, así como 150 intelectuales y profesionales, tanto de Extremadura como de diversos puntos de España y del mundo, especialmente de Portugal y Latinoamérica.

Entre las firmas destacan los hispanistas Ian Gibson y Paul Preston, periodistas como Nieves Concostrina y Jordi Évole, novelistas como Luis Landero e Isaac Rosa, los cantantes, Pablo Guerrero, Luis Pastor y Enrique Villarreal, y los actores Fernando Ramos o Carolina Yuste.

En el manifiesto señalan «que a ninguna persona demócrata debería hacer falta recordarle que la memoria de las víctimas de cualquier conflicto o represión tiene que ver con los derechos humanos y que los principios de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición son esenciales y que según la ONU y el derecho internacional, rigen toda resolución de un asunto así en un Estado de Derecho». «A ninguna persona justa debería olvidársele -agregan- que, durante los 40 años de dictadura franquista, se glorificó a una parte de las víctimas del golpe de Estado y de la Guerra Civil y que las restantes fueron sometidas por razones ideológicas al olvido».

«A ninguna persona sensata -añade- debería ser necesario insistirle en que la concordia se promueve cerrando heridas, no dejándolas abiertas», por eso «reivindicar en una democracia a las mujeres y hombres que fueron asesinados, torturados, encarcelados, robados y obligados al exilio por culpa de la dictadura solo pretende el reconocimiento de quienes lucharon por conseguir lo que ahora, en parte, tenemos».

Reivindican además «la investigación histórica de las circunstancias de la represión» así como «el libre acceso a los archivos, a la documentación histórica y la promoción de la recogida de testimonios orales» porque «son procedimientos básicos donde asentar cualquier proceso de recuperación de la memoria».

«En fin -concluyen- que a ninguna persona de bien debería molestarle que saquemos a nuestros familiares de las cunetas y de las fosas comunes y los enterremos dignamente»