Cambiar la historia

Hace tan solo unos días vivimos un fin de semana insólito. La Selección Española de fútbol femenino se proclamó campeona del mundo, alcanzando un logro histórico y rompiendo las barreras y prejuicios a los que se enfrenta a diario el deporte femenino. Las 23 jugadoras de La Roja conquistaron portadas, titulares y otros espacios mediáticos tradicionalmente masculinizados, alcanzando un apoyo y una visibilidad que también les pertenece. Un hecho extraordinario que ocurría justo al día siguiente de otro gran éxito, el de Álvaro Martín Uriol, quien alcanzó el oro en los 20 kilómetros marcha del Mundial de Atletismo con su mejor marca personal y la mejor marca internacional del año y que días después se coronaba con otro oro, esta vez en los 30 kilómetros marcha. Un doblete histórico con sello llerenense, que por primera vez lleva a la provincia de Badajoz, junto a nuestra región y a nuestro país, a la cima del atletismo mundial.

Por si fuera poco, en el último domingo de agosto una emeritense, Estefanía Fernández, se subía también a lo más alto del podio en el Mundial de Piragüismo, al vencer en una emocionante carrera en la distancia de 5.000 metros.

Estos triunfos se pueden considerar hitos con los que no solo se ha hecho historia, sino con los que se ha cambiado la historia de nuestra región y de nuestro país. Y cambiar también la historia de nuestra provincia es el reto de la Diputación de Badajoz.

Así lo creyeron y así lo consiguieron quienes hace 40 años abogaron por la autonomía de Extremadura. Quienes alcanzaron el consenso entre dos territorios que desde el 25 de febrero de 1983 tienden la mano al diálogo, la cooperación y el acuerdo como la mejor fórmula para conquistar el bienestar de los extremeños y extremeñas. Quienes, en aquellos tiempos, confiaron en el equilibrio territorial como un instrumento imprescindible para la preservación de nuestros pueblos, a los que dotaron de equipamientos y servicios para convertirlos en espacios de igualdad y oportunidades. 

Tras cuatro décadas de desarrollo, la sociedad continúa avanzando a pasos agigantados. Ésta vez de forma imparable hacia la cuarta revolución industrial, la revolución verde y digital, de la que el mundo rural debe ser protagonista. Porque nuestra provincia y nuestra región se caracterizan por la belleza de sus paisajes y su suculenta gastronomía, pero también por sus abundantes recursos naturales, convirtiéndose en el mejor escenario para que se produzca una simbiosis entre el ser humano y la naturaleza.

Si algo nos ha enseñado el último mandato es que las crisis no se pueden elegir, aunque sí podemos elegir cómo responder a ellas. Que aunque nos llevan a perder cosas, también nos abren espacios y ventanas de oportunidad que debemos saber aprovechar. Un buen ejemplo es la exclusión financiera que sufrieron muchos de nuestros pueblos y que combatimos con la instalación de cajeros automáticos. O cómo el desafío del cambio climático nos ha hecho ser pioneros en sostenibilidad con la apertura de la primera red provincial de electrolineras de la Península Ibérica. 

Es la esencia de la Diputación de Badajoz. La de poder estar, escuchar y sentir los problemas de los vecinos. La de mirar a los ojos de la gente y hacerle la vida más fácil. 

A ello contribuyen también los extremeños que han sido reconocidos con la máxima distinción de la región, la Medalla de Extremadura. Es el caso del equipo humano que está reescribiendo la historia universal desde el municipio pacense de Guareña. Hablo de Esther, Sebastián y el resto de personas que forman el grupo investigador del yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo. Bajo el proyecto ‘Construyendo Tarteso’, han despertado el interés de universidades y centros de investigación nacionales e internacionales gracias a varios hitos que han ido descubriendo, entre ellos y el más reciente, el hallazgo de cinco esculturas de piedra en las que por primera vez se representan rostros humanos en esta cultura, hasta el momento considerada anicónica. Pero también la curiosidad de toda la sociedad extremeña, que una vez más presume orgullosa de las joyas históricas que atesora su territorio.

Muy merecida también es la medalla para el equipo de profesionales que, desde la Unidad de Oncohematología del Hospital Materno Infantil de Badajoz, cuidan de nuestros pequeños y pequeñas, el patrimonio más valioso de nuestra tierra. Desde especialistas en Hematología, Oncología, Pediatría, Paliativos Pediátricos hasta enfermeros, celadores, maestros, trabajadores sociales y personas voluntarias. Así lo entendió la Corporación Provincial que presido, que respaldó por unanimidad esta candidatura al entender la importante labor de cuidado y protección que ‘La Quinta’ lleva realizando desde el año 2005. Una dedicación a la que como sociedad debemos colgarle medallas a diario, con cada niño salvado de esta despiadada enfermedad.

Sus cien años de trayectoria justifican por sí solo el máximo reconocimiento de la región a El Periódico Extremadura. Porque cien años no se cumplen todos los días. Y porque en los tiempos que corren, es un auténtico desafío adaptarse a la evolución de la sociedad de las tecnologías de la información y de la comunicación con la amenaza constante de las fake news. Frente a ella, esta cabecera ha recurrido al periodismo de calidad, al derecho a la información avalado por la Constitución Española y a la ética periodística de sus redactores como escudo de protección, haciendo de la estabilidad y del compromiso por una información veraz su bandera más fiel. 

Centenario es también el Colegio Nuestra Señora del Carmen-Vedruna de Villafranca de los Barros, una de las instituciones educativas más veteranas y dinámicas de la región. Con esta Medalla de Extremadura, se le debe reconocer especialmente su papel en la educación de niñas hace más de 100 años, cuando la tasa de escolarización de las chicas era aún inferior al de los chicos y la sociedad les imponía que su vida transcurriese entre las labores de la casa o del campo. Como también se le debe reconocer al Rally de la Vendimia de Almendralejo su trayectoria e impacto en la comarca pacense de Tierra de Barros. Con más de 50 ediciones a sus espaldas, ha conseguido convertirse en una prueba emblemática, resultado de la sinergia entre el mundo empresarial y automovilístico y de la pasión de un grupo de aficionados que hoy son una familia que tiende lazos por todo el país. 

En definitiva, unas Medallas de Extremadura que demuestran que es nuestro momento. El momento de una Extremadura repleta de autoestima que haga desaparecer para siempre los tópicos falsos que tanto daño nos hicieron, y que nos siguen haciendo hoy. Y de una Extremadura valiente que apuesta por el talento y a la que se le ofrece una Administración ágil, digital, avanzada tecnológicamente y cercana. 

La nueva sociedad está ante nosotros y nosotras, y está protagonizada por una provincia más próspera y más libre, más igualitaria, y más participativa e inclusiva. Y ante ella debemos dar nuevas respuestas para seguir siendo útiles. Es por ello que seguiremos centrando nuestro esfuerzo en la digitalización pero también en la ciberseguridad. Sin duda, continuaremos apostando por el bienestar de nuestros mayores sin perder de vista el porvenir de nuestros jóvenes, quienes desean quedarse a forjar su proyecto de vida aquí. Y seguiremos incidiendo en la búsqueda de futuro y oportunidades, siempre llevando por bandera la Igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, la diversidad y la tolerancia y el respeto a quienes piensan diferente. 

Sí, es el momento de cambiar también la historia de nuestra provincia, y de nuestra región. Y estamos preparados porque tenemos lo más importante: la autoestima, el talento y la valentía de quienes viven en esta provincia y son hoy el motor de ese cambio. Abramos los ojos. Feliz Día de Extremadura.

*Miguel Ángel Gallardo es presidente de la Diputación de Badajoz