HAN PRESENTADO UN RECURSO CONTENCISO-ADMINISTRATIVO POR LOS DAÑOS CAUSADOS

Fallece tras esperar casi 3 horas a que una ambulancia lo trasladara a la UCI de Plasencia

Ingresó en Coria con una pancreatitis y tenían que llevarlo a Plasencia, pero no había personal

La familia de la víctima, de 60 años, demanda al SES por negligencia y piden 170.000 euros

Ocurrió en agosto del 2022, en pleno puente. Este extremeño de 60 años acudió al hospital de Coria aquejado de fuertes molestias abdominales, dolor en la espalda y vómitos. Tras la realización de varias pruebas se le diagnosticó una pancreatitis aguda y se ordenó su ingreso. No obstante, según informaron los facultativos a la familia, su estado no era grave. Ya en ese momento su mujer y su hija, que eran las que habían acompañado a la víctima al centro hospitalario, sugirieron a los médicos la posibilidad de trasladarlo al hospital de Plasencia, dado que el de Coria no cuenta con una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) ni con servicio de Digestivo. Se lo denegaron, informándoles de que la única forma de poder trasladarlo sería pidiendo el alta voluntaria para que fuera la propia familia la que lo llevara hasta la capital del Jerte. No quisieron correr el riesgo de que empeorara en el camino, así que aceptaron que se quedara en Coria.

En la habitación, según se recoge en la demanda que ha presentado la familia, a través del abogado cacereño Daniel López Vivas, contra el Servicio Extremeño de Salud (SES), «no recibió ningún tipo de monitorización»; solo se le colocó una bomba de insulina para la diabetes que padecía, aunque lo hicieron de forma incorrecta, lo que hizo que no se llegara a suministrar. Tampoco se le realizó durante aquella noche ningún control ni para su pancreatitis ni para medir el índice glucémico.

«Debería haber más enfermeros de traslado de reserva», manifestó el propio médico en su informe

A las horas empeoró. Requirió incluso el traslado a reanimación pues llegó a perder el pulso. Los servicios médicos valoraron entonces (habían pasado solo unas horas de su ingreso en planta) su traslado a la UCI del hospital de Plasencia. Pidieron una ambulancia a las 10.30 horas, según figura en los informes y recoge la denuncia, pero esta no llegó hasta casi tres horas después. No contaban, según les informaron entonces, con personal sanitario suficiente para la ambulancia, ya que debido a su estado de salud se requería una de soporte vital avanzado, que debe ir asistida por un médico y un enfermero. Este último era el que no estaba disponible.

Sin enfermeros

Esta situación fue incluso puesta de manifiesto por el cirujano de guardia en el informe, donde reflejó que al solicitar la ambulancia se le había advertido de que el médico tardaría en llegar 50 minutos y el enfermero, que se encontraba en Cáceres, se demoraría, al menos, una hora y cuarto. En dicho documento el cirujano añadió incluso lo siguiente: «Quedo, como jefe de guardia, indicado dicha incidencia, dado que debería haber más enfermeros de traslado de reserva; más en meses estivales, con la masificación de personal externo que acude a esta área sanitaria».

Finalmente la víctima consiguió llegar al hospital de Plasencia pasadas las 13.30 horas, más de tres horas después de que se aceptara su traslado. «Un retraso inaceptable y que hipotecó de manera clara sus posibilidades de curación», denuncia la familia, dado que el estado en el que se encontraba el enfermo era ya crítico. De hecho, según recoge la denuncia, la facultativa que asistía la ambulancia llegó a advertir a los familiares, que iban siguiendo a la ambulancia en su coche particular, que si veían que esta se detenía ellos continuaran «porque era muy probable que falleciera durante el traslado». Murió ya en el hospital, de madrugada.

«Pérdida de oportunidad»

Los familiares entienden que se trata de una «clara pérdida de oportunidad» por dos razones: la primera, al no decidir su ingreso en una UCI cuando llegó al hospital, a pesar de que «es una enfermedad que requiere supervisión continua del paciente», pues puede derivar, como de hecho así ocurrió, «en un desenlace mortal». En este caso sufrió un fallo multiorgánico. Y la segunda, porque ese traslado, a pesar de realizarse tarde, se demoró en el tiempo. Esto último supone, según advierte la familia, un incumplimiento de la normativa de transporte interhospitalario urgente del SES. Se trataba de un traslado calificado en dicha legislación «de emergencia», para el que el protocolo exige que los profesionales del equipo deben estar disponibles en un tiempo «no superior a 30 minutos», 45 si hubiera problemas de tráfico. En este caso tardaron 150 minutos.

De esta forma, la familia ha presentado al SES un recurso contencioso-administrativo a través del que reclama una indemnización de 170.000 euros (50.000 para cada uno de los dos hijos y 70.000 para su esposa) por los daños personales causados. De momento no ha contestado. Sí lo ha hecho a este diario, pero se limita a manifestar que «lamentamos mucho este tipo de situaciones», a lo que añade que por eso el SES «trabaja de forma permanente para cubrir las necesidades sanitarias de todos los extremeños»

Suscríbete para seguir leyendo