Entrevista | Ángel Juan Pacheco Presidente de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura y de CesCoop

«La sociedad no conoce bien aún el verdadero alcance de las cooperativas»

Vídeo | Entrevista: Ángel Juan Pachec, presidente de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura y de CesCoop

Carlos Gil

El presidente de las cooperativas agroalimentarias extremeñas se ha puesto al frente también de la recién creada Confederación Extremeña de Sociedades Cooperativas (CesCoop). Esta nueva entidad aglutina a unas 450 cooperativas que facturan alrededor de 2.000 millones de euros y con ella se busca dotar de una única voz a este sector a la hora de relacionarse con las administraciones. «Queremos que en la toma de decisiones sobre cosas que nos afectan se nos escuche antes», asevera Ángel Pacheco. 

¿Cómo se gesta CesCoop y por qué se pone en marcha?

Las cuatro federaciones de cooperativas que estamos en Extremadura llevamos años trabajando juntas. Tenemos objetivos muy comunes y decidimos crear la confederación fundamentalmente para tener una voz única con la que poder transmitir tanto a la sociedad como a las administraciones lo que es el cooperativismo y la fuerza que tiene. También para poner en valor el trabajo que hacen, fundamentalmente en zonas rurales, donde tenemos un grave problema de despoblamiento y es donde precisamente las cooperativas tenemos nuestro ámbito de actuación más importante. 

Son sectores muy diferentes, enseñanza, transporte, trabajo asociado y agrario, ¿cómo se coordinan intereses, en principio, tan distintos?

Es fácil. Independientemente de las particularidades de cada sector, cuando tienes una estructura cooperativa, los intereses y la problemática son muy comunes. La forma de trabajar de las cooperativas tiene un elemento diferencial respecto a las demás. Somos empresas, pero de economía social, en las que priman las personas por encima de los intereses económicos. Además, una parte de lo que recibimos de la sociedad, se lo retornamos, desarrollando iniciativas en el entorno social de nuestros pueblos. Hacemos un papel en el mundo rural importantísimo. Con lo cual potenciar ese modelo a través de una confederación es muy relevante. 

«La sociedad no conoce bien aún el verdadero alcance de las cooperativas»

«La sociedad no conoce bien aún el verdadero alcance de las cooperativas» / Carlos Gil

¿Están abiertos a que estén representados otros sectores cooperativos en CesCoop?

Por supuesto. Tenemos dos cajas rurales en Extremadura que son cooperativas de crédito, hay cooperativas de energía, que estamos seguros de que van a proliferar a lo largo de toda la geografía extremeña, y algunas de vivienda. Trabajamos constantemente con ellos. ¿Por qué hemos empezado estos cuatro sectores? Porque somos ya federaciones y en el resto de casos aún no. Estamos abiertos a las cooperativas que ya están y a las que se puedan crear, aunque somos partidarios fundamentalmente de la intercooperación de las que ya existen. No es que no queramos que se creen nuevas, pero si es en sectores o zonas donde no las haya. La dimensión es importante a la hora de negociar y de tener fuerza, por lo que hay que buscar alianzas y colaboraciones, que no tienen por qué suponer fusiones o integraciones. El reto más importante que tiene el cooperativismo es la dimensión. Los desafíos del futuro solo se pueden afrontar desde una situación de solidez económica que permita ser competitivos, hacer inversiones y sobre todo prestar los servicios que requieren los asociados de las cooperativas.

¿Reclamarán un lugar entre los agentes sociales, como interlocutor en igualdad de condiciones que ellos a la hora de dialogar con las administraciones?

Nosotros tenemos ya voz en algunas organizaciones como representantes de la economía social. Cooperativas Agro-alimentarias representa a toda la economía social dentro del Consejo Económico y Social de Extremadura y en otros organismos se cuenta con nosotros. Económicamente, somos un sector a tener en cuenta. Por ejemplo, un problema serio que tenemos en la región es el despoblamiento y gran parte de la economía de las zonas está cooperativizada. Si queremos estar en cualquier mesa de diálogo o de negociación que se plantee para fijar la población al territorio, con una voz única se conseguirá. Queremos que en la toma de decisiones sobre cosas que nos afectan se nos escuche antes.

«Una de las grandes cosas que hemos conseguido en los últimos años es que en el sector cooperativo haya paz social»

¿Sigue conociéndose poco el modelo cooperativo en Extremadura?

Se conoce que existen cooperativas, pero la sociedad no conoce bien aún el verdadero alcance que tienen. En muchos pueblos es la única empresa o la más grande que existe. Genera economía directa, más la indirecta en todo su entorno de aplicación. Se desconoce, por ejemplo, que el sector cooperativo agroalimentario es el 54% de la producción agraria en Extremadura, que a su vez es el 14% del PIB. Somos el primer sector productivo y el que más exporta en Extremadura. Pero igualmente hay unas cooperativas potentes en transporte, cientos de cooperativas de trabajo asociado dando todo tipo de servicios en zonas rurales y bastantes colegios extremeños en los que los profesores son los socios.

Se puso al frente de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura en 2016, después del shock que supuso la crisis de Acorex, y con el objetivo de impulsar modelo cooperativo, ¿supone CesCoop de alguna forma cerrar un ciclo?

No me gusta mucho hablar del pasado, pero entre 2008 y 2016 cerraron miles de empresas en todo el mundo. Acorex también, pero fue una más. Creo que el cooperativismo es hoy mucho más potente que el día que cerró Acorex. Y hay que dejar claro que ninguna de las cooperativas de primer grado que la integraban cerraron, todas siguen existiendo. Porque cierre una multinacional nadie pone en duda el sistema capitalista, porque lo haga una cooperativa tampoco habría que poner en duda este modelo. Ahora somos más fuertes que antes. Fue una idea magnífica, pero que no salió bien y de la que hay que aprender para intentar que no vuelva a ocurrir. Esto no es un cierre de ciclo, lo que tenemos que hacer es seguir potenciando el cooperativismo y dar visibilidad a lo que hacemos, que es realmente importante para nuestra región, y que se nos tenga en cuenta. En 2023 cuatro o cinco cooperativas extremeñas habrán superado los cien millones de euros de facturación; otras siete u ocho se moverán entre los sesenta y los cien millones. Y entre todas facturamos más de 1.600 millones. Tenemos 35.000 socios y más de 3.000 empleos directos. 

«Las cooperativas somos mucho más necesarias en los momentos duros que en los de bonanza»

Está a punto de cumplir su segundo mandato, ¿qué balance hace de estos ocho años?

Como casi toda la sociedad, las cooperativas han sufrido un cambio tremendo en los últimos años. La evolución ha sido espectacular, fundamentalmente porque se ha seguido avanzando en dejar solo de producir para transformar y comercializar cada vez más. Nos hemos dado cuenta de que tenemos la misma capacidad que cualquier otra empresa industrial para transformar nuestras producciones. Seguimos siendo el eslabón más débil de la cadena de valor, pero si conseguimos crecer en los otros eslabones, cada vez seremos más fuertes. Trabajar en nuestras explotaciones y transformar en nuestras cooperativas también ha cambiado mucho. Muchas de nuestras producciones y explotaciones se han digitalizado. Es un cambio necesario, porque no vamos a tener relevo generacional si no hacemos atractiva nuestra forma de producir para que la gente se acerque al sector. Entre todos tenemos que cambiar la imagen del sector agrícola y ganadero y que se vea que esta es una profesión de futuro. 

«Somos mucho más necesarios en los momentos duros que en los de bonanza»

«Somos mucho más necesarios en los momentos duros que en los de bonanza» / Carlos Gil

¿Se plantea seguir otros cuatro años?

Dependerá mucho de lo que los compañeros decidan, de si consideran que tengo que seguir o no. Si prefieren que haya un cambio en la estructura, daré un paso al lado, no seré un problema para que el sector cooperativo avance. Las instituciones están por encima de las personas y en los sitios se está para aportar. Si podemos seguir aportando, estaré encantado de continuar haciéndolo, me gusta lo que hago y trabajar por el cooperativismo. Y me siento satisfecho con los logros de estos ocho años. No va a haber ningún problema en este sentido, otra de las grandes cosas que hemos conseguido en los últimos años es que en el sector cooperativo haya paz social. 

«El reto más importante que tiene el cooperativismo es la dimensión. Los desafíos del futuro solo se pueden afrontar desde una situación de solidez económica»

Lo que ha pasado hace unas semanas con la contratación del tomate para industria, ¿es un buen ejemplo de lo que de positivo puede aportar este modelo?

Ese es nuestro objetivo y algo que la sociedad debe saber también. Cuando nos hemos puesto a negociar, la industria cooperativa ha marcado un precio razonable y con el que casi todo el mundo estaba de acuerdo. Y la industria privada se ha plantado en uno bastante inferior. Pero además hay una cosa que nadie valora: todo el rendimiento comercial que ha supuesto para las cooperativas la transformación el año pasado se ha convertido en un plus para los agricultores. No solo han cobrado lo que firmaron en su día a un precio fijo y razonable. Esto no es siempre así, pero casi siempre ocurre. Es algo que nos diferencia del resto. La relación entre socio y cooperativa nada tiene que ver con la relación de una empresa con un tercero.

En otro sector, el del aceite de oliva, más de un 60% de la que se produce en Extremadura se elabora en almazaras de cooperativas. Si no fuera así, ¿los agricultores hubieran podido aprovechar en igual medida el escenario favorable de precios que ha habido estos meses?

Eso es algo importante, pero en los años de bonanza casi todo el mundo se defiende bien. Las cooperativas tienen fortaleza en los años buenos pero sobre todo en los malos. Casi nadie se acuerda de que hace unos años el aceite estaba a 2,5 euros y no a 9 euros en origen. Y hubo mucha aceituna que no entró en almazara porque no se compró, mientras que en las cooperativas se ha recogido toda la producción y luego se ha intentado optimizar. Somos mucho más necesarios en los momentos duros que en los de bonanza, que son los que tenemos que aprovechar para fortalecer nuestras estructuras. Por eso pensamos que este modelo es el ideal para comercializar las producciones de agricultores y ganaderos.

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