El futuro de la planta nuclear extremeña

Almaraz se prepara ante un eventual cierre entre 2027 y 2028, pero abierta a seguir operando

La central trabaja para afrontar tanto un escenario de cese de actividad como una prórroga más allá de ese horizonte

En este segundo caso, debería saberse ya en el primer trimestre de 2025, para evitar una parada temporal

El director de la Central Nuclear de Almaraz, Rafael Campos, durante la rueda de prensa de este miércoles. | TONI GUDIEL

El director de la Central Nuclear de Almaraz, Rafael Campos, durante la rueda de prensa de este miércoles. | TONI GUDIEL / TONI GUDIEL GIRONDA

La Central Nuclear de Almaraz está trabajando en los dos escenarios posibles que se plantean para esta instalación en apenas unos años. Uno es el del cese de explotación en el caso de que se cumpla finalmente el calendario de cierre previsto para el parque nuclear español, que supondría que sus dos reactores dejaran de estar activos entre finales de 2027 y 2028; el otro, el de que haya un cambio en estos planes y la planta pueda seguir operativa más allá de ese horizonte.

Es lo que confirmó este miércoles el director de la central, Rafael Campos, durante una rueda de prensa ofrecida en Navalmoral de la Mata para hacer balance de la actividad de producción de la planta en 2023. «Hasta el último megavatio que produzcamos será con seguridad nuclear y para las personas y estaremos preparados para cualquier escenario», resaltó. Incidió, asimismo, en que la planta está «preparada para continuar 2, 5 o 10 años más», ya que es «perfectamente segura y fiable». «El año pasado invertimos 50 millones de euros y este vamos a invertir otros tantos. Ahí no paramos», zanjó.

No obstante, de prolongarse la vida de la central, es algo que debería conocerse como muy tarde en el primer trimestre de 2025 por exigencias, entre otras, de planificación de compra de combustible. Si las tres propietarias -Iberdrola, Endesa y Naturgy- y el Gobierno acordaran la prórroga antes de ese momento, la planta podrá seguir operando sin interrupción. Si, por el contrario, se apostase por la continuidad de la central, aunque con posterioridad a esa fecha, «seguramente» habría «que parar las unidades» durante un periodo de tiempo para hacer acopio del uranio necesario y readaptar la organización de la planta en cuestiones administrativas o de plantilla. Es decir, seguiría habiendo marcha atrás: «Ya ha habido otras centrales, como en Bélgica, que han pasado por algo similar», adujo, de manera que han estado un tiempo sin generar electricidad, pero luego han vuelto a funcionar. Esta parada, en cualquier caso, se produciría una vez expirados los permisos de operación de la central (el 1 de noviembre de 2027 en la Unidad I y el 31 de octubre de 2028 en la II).

Si se desmantela Almaraz

En cuanto a la otra alternativa, la del cierre y posterior desmantelamiento, se ha puesto en marcha un nuevo departamento en la central, denominado de Transición de Activos, que está preparando toda la documentación asociada a este proceso (que conlleva, por ejemplo, la transferencia de la titularidad de la planta a Enresa, la empresa pública española responsable de la gestión de los residuos radiactivos) y abordando otros aspectos organizativos.

En este punto, dijo Campos, la «prioridad número 1» es buscar «la estabilidad laboral» para quienes actualmente ya están empleados en la central, de forma que «el máximo número» de ellos puedan «trabajar en el desmantelamiento», algo para lo que se están desarrollando iniciativas de formación. Además, razonó, «somos quienes mejor conocemos la planta».

El director de la Central Nuclear de Almaraz, Rafael Campos, durante la rueda de prensa de este miércoles.

El director de la Central Nuclear de Almaraz, Rafael Campos, durante la rueda de prensa de este miércoles. / Toni Gudiel

Por otro lado, la central comenzó los trabajos de recarga de combustible de su Unidad II a las 00.00 horas de hoy, pero ya llevaba desde el sábado desconectada de la red eléctrica nacional. Igual que sucedió hace cerca de un mes con la Unidad I, fue para no producir a pérdidas. «La parada vino motivada básicamente porque el mercado eléctrico ahora mismo cotiza por debajo de los costes variables de las centrales nucleares», esgrimió el director de esta instalación. Unos costes que «en un 75%» son impuestos, lamentó, «algo que, desde luego, nos penaliza» y «es una carga que hace que perdamos la competitividad».

Defendió también el papel de la energía nuclear como «perfectamente complementario» y «no excluyente» de la aportación de las tecnologías renovables a la hora de desarrollar el proceso de descarbonización. «El año pasado ahorramos 5,5 millones de toneladas de dióxido de carbono que se hubiesen emitido» en el caso de haber generado esta misma electricidad «con ciclos combinados», arguyó.

Agregó, igualmente, que aunque la Unidad I de Almaraz haya estado parada parte del mes de marzo por la menor demanda y al verse la nuclear desplazada en el ‘mix’ por tecnologías renovables como la eólica y los saltos de agua (que han disparado su aportación por la sucesión de borrascas), se ha tratado de algo puntual. «El año tiene 52 semanas, y nosotros hemos parado menos de tres», aseguró.

2023 acabó con una producción eléctrica bruta entre las dos unidades de 16.927 gigavatios-hora (GWh), su tercer mejor dato histórico. Produjo el 7% de toda la energía eléctrica generada en España, «lo que equivale al consumo de aproximadamente cuatro millones de hogares».

Respecto a la recarga que comenzó este miércoles, es la número 28 de su Unidad II. Con una duración estimada de 34 días, supondrá la contratación de 1.200 personas adicionales a la plantilla, la mayoría procedentes del entorno de la central. «Nuestra prioridad es conseguir ‘cero accidentes’. Llevamos ya cinco recargas acumuladas en Almaraz sin accidentes, ni con baja ni sin baja, y queremos que esta sea la sexta», aseveró Campos.

El nuevo ATI, previsto en 2027

El Almacén Temporal Individualizado (ATI) para albergar residuos nucleares del que dispone la Central de Almaraz desde finales de 2018 cuenta con 17 contenedores ya cargados, de una capacidad máxima de 20. La campaña de carga de 2024 ha finalizado, por lo que será el año próximo cuando se complete con los tres contenedores restantes. Con este almacén, la instalación puede «estar operando perfectamente» hasta la fecha de cese de operación que se contempla actualmente para sus dos unidades (2027 y 2028), apuntó Rafael Campos. 

No obstante, será el nuevo ATI que se proyecta, en fase de tramitación actualmente y que podrá acoger 125 contenedores, el que permitirá trasladar a él todos los demás elementos combustibles gastados que están sumergidos a día de hoy en las piscinas de los dos reactores. También los que se extraerán en las cinco recargas, dos de ellas este ejercicio, que le quedarían a la instalación de cumplirse el horizonte de cierre programado. El objetivo es que puedan estar cargándose contenedores en la nueva instalación «a partir del 2027», lo que supondría comenzar su construcción «entre 2025 y 2026».

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