Medidas para combatir una adicción

Las organizaciones agrarias avisan del impacto negativo que tendrá en Extremadura el plan antitabaco

Creen que aspectos como el empaquetado neutro o equiparar la regulación de nuevos productos, como el tabaco calentado, a la del cigarrillo convencional ponen en riesgo el futuro del sector

Varias operarias trabajan en una de las líneas de la fábrica de transformación de tabaco de Cetarsa en Talayuela. | TONI GUDIEL

Varias operarias trabajan en una de las líneas de la fábrica de transformación de tabaco de Cetarsa en Talayuela. | TONI GUDIEL

Agencias

Las organizaciones agrarias extremeñas avisaron este jueves del impacto negativo que el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027 puede tener en el cultivo del tabaco en Extremadura, la principal - prácticamente única- región productora del país, y pidieron que se cuente con el sector a la hora de legislar. Consideran que algunas de las medidas que contiene este plan, al que el Ministerio de Sanidad dará luz verde mañana en el pleno del Consejo Interterritorial del SNS, como la propuesta de empaquetado genérico o la equiparación de la regulación de los nuevos productos como el tabaco calentado a la del cigarrillo convencional, pueden poner en riesgo el futuro de esta actividad.

El secretario general de UPA-UCE Extremadura, Ignacio Huertas, aseguró que esta organización «no está en contra de ninguna medida que, al final, tenga como repercusión que la gente deje de fumar, pero lo que no se pueden hacer son planteamientos que vayan contra el cultivo del tabaco en Extremadura o en España y, sin embargo, no tengan efecto desde el punto de vista de que esos planteamientos logren el objetivo de que la gente deje de fumar».

En esta misma línea, desde la Unión de Uniones, su coordinador estatal, Luis Cortés, esgrimió que este plan contra el tabaquismo supondrá la «desaparición» del cultivo en la región, arruinando a más de 20.000 familias extremeñas, pero que no va a terminar con el consumo y la adicción a fumar.

Por su parte, el presidente de Asaja Extremadura, Ángel García Blanco, que junto a Ignacio Huertas, mantuvo una reunión con los representantes de las Mancomunidades del Campo Arañuelo y La Vera, dos territorios cacereños muy implicados con el cultivo del tabaco, defendió que ambas se han convertido «gracias» a este sector, en «ejemplos» de que en España existe un modelo «de desarrollo rural sostenible». «Si la ministra de Sanidad apuesta por la cajetilla genérica, las multinacionales van a comprar un tabaco que carece de la certificación que tiene el tabaco extremeño y vamos a traer mierda del tercer mundo. ¿Para qué? Para que las multinacionales se forren y para que arruinen a esta comarca», zanjó.

2,9% del PIB agrícola de Extremadura

El 98% de la producción española de hoja de tabaco se concentra en Extremadura. «A pesar de contar con una cadena de aprovisionamiento global, los fabricantes e importadores de productos de tabaco han apostado por el tabaco extremeño por su calidad, pero también por compromiso con la cohesión territorial», recoge un informe elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) y publicado a mediados del año pasado por la Mesa del Tabaco, la entidad que aglutina a los diferentes actores de este sector en España. En este estudio se estimaba que el cultivo de hoja de tabaco y su primera transformación representan el 2,9% del PIB agrícola de Extremadura y generan de forma indirecta e inducida 45 millones de euros, lo que se traduce en 800 empleos.

El 98% de la producción española de hoja de tabaco se concentra en Extremadura

Dentro de Extremadura, el cultivo de hoja de tabaco está igualmente concentrada en tres comarcas del norte de la provincia de Cáceres: las de Campo Arañuelo, La Vera y Valle del Alagón-Árrago. «Con una población acumulada inferior a los 50.000 habitantes, los municipios de estas comarcas son un referente en este ámbito, produciendo una quinta parte de la hoja de tabaco a nivel europeo», resalta el mencionado informe. Las dos fábricas y el centro de compra y almacenaje de Cetarsa, la única empresa transformadora de tabaco en rama de España, se encuentran también en la provincia de Cáceres (Navalmoral, Talayuela y Jarandilla de la Vera). «Esta actividad contribuye a la vertebración territorial y al asentamiento de la población rural en las comarcas donde se ubica, al generar riqueza y empleo, frenando la dinámica de despoblación y envejecimiento de estas zonas», apuntan los expertos de AFI.

Problemas del envasado neutro

«Desde el respeto a todas las medidas que se adopten para frenar el consumo de tabaco, lo que pedimos es que haya información y que se cuente con la opinión del sector productor. Esto es lo que le estamos pidiendo a la ministra de Sanidad», dijo Huertas. A su juicio, con el envasado genérico «hay dos problemas». «Uno es que el tabaco que producimos en Extremadura es un tabaco de calidad y que, por tanto, el envasado genérico lo que va a hacer es que ese tabaco de calidad no se reconozca vía precio. Es decir, tenemos un precio diferente porque hacemos un tabaco de calidad», argumentó. En segundo lugar, el representante de UPA-UCE afirmó que con este planteamiento se está fomentando «el que se compre más tabaco ilegal».

«Se está favoreciendo el que, en definitiva, el tabaco que no paga impuestos, que no genera beneficios, que no se produce aquí, sea precisamente el que adquieran aquellos que continúen con esta actividad», razonó.

Huertas hizo hincapié en que «lo importante y lo beneficioso de este sector es precisamente el cultivo, la mano de obra que genera, porque hablamos de más de 1.500 agricultores del sector en Extremadura, y más de 20.000 puestos de trabajo que se generan en este sector a nivel nacional». «Por tanto, mientras no se prohíba fumar, lo que no se puede hacer es penalizar al cultivo español», remachó.

Desde la Unión se esgrimió también que la equiparación de la regulación de los nuevos productos, entre los que están los dispositivos de tabaco calentado, a la del cigarrillo convencional, «mataría la única alternativa que puede dar garantía de futuro al cultivo del tabaco en Extremadura». El coordinador de esta organización, Luis Cortés, defendió un plan contra el tabaquismo que «contemple todas las variables, recoja todas las sensibilidades y se apruebe con el máximo consenso posible».

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