En mi atalaya

Santa Eulalia no da miedo

Campaña de la Asociación Católica de Propagandistas para presentar a los santos en el marco de terror de Halloween

Campaña de la Asociación Católica de Propagandista

Campaña de la Asociación Católica de Propagandista / Religión en Libertad

Rafael Angulo

Rafael Angulo

Mi sobrino, el muy bético Miguelito, vive en L`Hospitalet de Llobregat y, desde allí, me envío unas fotos de la Parroquia de Santa Eulalia de Mérida que allí se ubica como “Comunitat Parroquial del barri del centre”, a sabiendas de que su tío disfrutaría con el envío por contraste con la imagen de nuestra Mártir que blasona el estandarte de Barcelona pero etiquetada como catalana lo cual, como es mentira, me da igual. Pero, ainda mais, han aparecido en la Ciudad Condal unos carteles que muestran a una muchacha con hombros desnudos y cabeza abajo en uno de sus martirios, con la leyenda “¿ I si tots fossim com Santa Eulalia?. Soc serva de Crist, Rei de Reis i Senyor de Senyors” auspiciada por un encantador “Calabazas a Halloween”.

Aunque soy poco de carteles, prefiero el trato personal, pero éste me atrae mucho, me parece oportuno y muy bien diseñado. Es un puntazo, como se lo diría yo, a nivel de los grandes diseños de la humanidad: la bandera de Japón y la gran aportación española al diseño universal, la aceituna rellena. O, si lo prefieren, a esos anuncios propagandísticos de la ONCE. Después me he enterado que se trata de una campaña con carteles y marquesinas de la Asociación Católica de Propagandistas para presentar a los santos en el marco de terror de Halloween. Los santos no dan miedo, por resumir. Y ahí quería llegar yo, pero antes traduzco por si acaso mi cuate Domingo se me enerva: "¿Y si todos fuésemos como Santa Eulalia? '¡Soy sierva de Cristo, Rey de reyes y Señor de señores'”.

El cártel culé bebe de las crónicas de Prudencio y así se refleja en la explicación detallada que después se ofrece: “Santa Eulalia fue una adolescente torturada por negarse a hacer ofrendas a los dioses. Los verdugos desgarraron su carne con garfios y la desnudaron, pero la leyenda (que recoge el arte a menudo) dice que su cabello largo "cubría la pudibunda castidad y la gracia virginal de la mártir (frase de Prudencio) y que la nieve cubrió luego su cuerpo destrozado”. Pero de los santos alegres, todos, hablaremos el próximo lunes. Dicen que quizá haya existido algún fúnebre, cenizo, Santa Teresa lo debió conocer “Un santo triste es un triste santo” pero incluso él se arrepintió antes de palmar y murió sonriendo. Y es que cuando se está triste es porque hay un obstáculo entre Dios y uno, por eso la tristeza es aliada del enemigo y pariente de Halloween.